Caracas.-Los trastornos alimenticios o trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades que afectan y alteran la conducta de alimentación de las personas hasta el punto de ocasionar problemas de salud tanto físicos como mentales o emocionales. El problema suele estar relacionado con el peso, la forma física y la figura y provoca comportamientos extremos y obsesivos que pueden ir desde el consumo de comida sin control hasta la falta de ingesta voluntaria. Nombres como “anorexia” o “bulimia” son cada vez más conocidos.
Aunque la creencia popular afirma que el momento de mayor riesgo para sufrir un trastorno alimenticio es la adolescencia y con mayor predominancia en el caso del sexo femenino, este tipo de afecciones mentales pueden aparecer en cualquier momento y sin importar sexo, etnia o peso corporal. Aunque no se ha determinado una causa exacta, el trastorno alimenticio sigue el mismo patrón que otras enfermedades mentales y suele aparecer por un cúmulo de factores biológicos, genéticos, conductuales, psicológicos y sociales. La imposición de unos modelos de belleza idealizados y la presión social que se ejerce de forma indirecta sobre las personas también suelen ser factores a tener en cuenta y que pueden ser especialmente determinantes en el caso de los jóvenes.
Una de las principales dificultades que presentan los trastornos alimenticios es que suelen provocar un rechazo en las personas que los padecen, que niegan su situación e influye el hecho de que pueden parecer saludables y, sin embargo, estar gravemente enfermos. A pesar de los grandes avances que se han hecho durante las últimas décadas, este tipo de trastornos siguen siendo considerados como tabús por parte de la sociedad y eso dificulta su normalización como enfermedad y los posibles tratamientos.
El objetivo de cualquier terapia contra los trastornos de conducta alimentaria se basa en conseguir la restauración de una nutrición adecuada con un peso saludable y la desaparición de los comportamientos obsesivos, sean estos el ejercicio físico desmedido, los atracones de comida o las purgas con vómito provocado o ayuno. Debido a la presencia que tienen en la sociedad, es necesario conocer los distintos tipos de trastornos que existen, saber identificarlos y ser conscientes de que son patologías mentales graves que pueden tratarse y ser superadas.
¿Por qué surgen los trastornos de alimentación?
Los trastornos alimenticios son enfermedades mentales que afectan a las conductas alimentarias y pueden llegar a afectar gravemente a la salud. Aunque las posibles causas que los provocan son muchas y no se conocen con exactitud, existen factores genéticos y biológicos como los cambios de sustancias en el cerebro que pueden estar estrechamente relacionados. Además, algunos problemas psicológicos o emocionales como la baja autoestima o los comportamientos impulsivos aumentan el riesgo de padecer algún trastorno alimenticio.
Anorexia
Las personas que la padecen están tan obsesionadas con su silueta que llegan a poner su salud en riesgo, ya que pierden mucho más peso de lo recomendado. Aunque es una enfermedad asociada a las adolescentes, cada vez es más frecuente entre varones y personas adultas.
Bulimia
Consiste en padecer ataques de voracidad extrema en las que se comen, sobre todo, productos elevadamente calóricos. A esta conducta le sigue un enorme sentimiento de culpa y la provocación del vómito.
Trastorno de apetito desenfrenado
Se caracteriza por episodios regulares en los que la persona ingiere cantidades de comida inusualmente grandes, pierde el control y se siente incapaz de parar de comer. A diferencia de la bulimia, estos atracones no vienen seguidos de vómitos provocados, ayunos o exceso de ejercicio por lo que es común que las personas que padecen este trastorno tengan sobrepeso.
Drunkorexia
Es un trastorno muy extendido entre los adolescentes, que dejan de comer para “contrarrestar” el efecto calórico del alcohol ingerido los fines de semana.
Manorexia
La sufren hombres con pánico a engordar, que realizan un deporte exagerado y se ponen a dieta.
Ortorexia
La ortorexia es la obsesión por comer productos sanos llevada hasta límites patológicos. De momento no está incluida como trastorno de la alimentación en la clasificación de enfermedades mentales, ya que se trata de un fenómeno relativamente nuevo.
Permarexia
También llamadas “dietistas”, estas personas están continuamente a régimen y son seguidores asiduos de las “dietas milagro”. No es una enfermedad en sí, pero supone una conducta de riesgo que puede desencadenar otros problemas como anorexia o bulimia.
Pica
Más habitual entre niños pequeños, este trastorno empuja a quien lo padece a ingerir tiza, yeso, pegamento, pintura y otros productos no comestibles.
Potomania
Es la obsesión por beber agua y está muy asociada a otros problemas como la bulimia o la anorexia. Las personas afectadas pueden consumir más de cuatro litros al día, y lo hacen con la intención de llenar su estómago para así evitar la comida.
Pregorexia
La sufren las mujeres embarazadas con pánico a engordar, y se trata de una muy conducta peligrosa, ya que pone en riesgo tanto la salud de la madre como la del hijo.
Vigorexia
Es la obsesión por tener un cuerpo musculoso y estar en forma. Quienes padecen vigorexia realizan mucho deporte orientado a aumentar la musculatura y consumen suplementos proteicos y anabolizantes.
¿Qué tratamientos existen para combatir los trastornos alimenticios?
Aunque la situación en la que surgen los trastornos alimenticios es complicada, existen tratamientos que permiten combatirlos de forma efectiva. El National institute of Mental Health recomienda el uso de la psicoterapia, asesoramiento nutricional y los medicamentos que ayuden a combatir la depresión o ansiedad que muchas veces llevan asociados. Sin embargo, cada caso deberá ser analizado por un médico que aconseje la mejor forma de hacer frente a la situación.
Fuente