19 de abril de 1810 en la historia insurgente

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A propósito del traslado de los Archivos de El Libertador y de Precursor Francisco de Miranda al Archivo General de la Nación en 2010, el insigne historiador Elías Pino Iturrieta indicó “Nuestra preocupación es el uso político de esos documentos (…) La tergiversación de esos materiales y su utilización al servicio de la ideología chavista”. Según una declaración a la BBC de Londres el 4 mayo 2010, 200 años después de aquella semana santa histórica de 1810.

Me permito iniciar este breve ensayo con esta nota para determinar de manera sencilla la percepción historiográfica sobre los asuntos del estado y las responsabilidades de este como acto soberano e independiente entorno a nuestros patrimonios históricos.

Desde las escuelas siempre se nos enseñó que la historia eran fechas y eventos “insólitos” aislados de las interpretaciones de sus propios autores y luego de las disquisiciones de los historiadores de la Academia que dilucidan los sucesos históricos para nosotros los “desconocedores” por no tener los laureles académicos que corresponden a la majestad del cargo que ocupan quienes entonces y aún hoy dirigen la Academia Nacional de la Historia. Primera aproximación al 19 de abril de 1810.

La Segunda tiene que ver con un análisis que nos permite entender y examinar las primeras iniciativas para la creación del estado nación, que es Venezuela y como hoy ese estado se fue consolidando para un año después emitir la primera Constitución de una república naciente y su rebote a la Constitución de 1999.

La percepción de nuestra historicidad insurgente.

Las visiones que desde el siglo XIX nos habían ofrecido los historiadores “tradicionales” está circunscrita a una interpretación funcionarial, inmóvil y contemplativa, la otra visión es la que expresó el Profesor Luis Pellicer, para cuando trasladan los Archivos de Bolívar y Miranda al Archivo General de la Nación en 2010, cuando señaló que “los órganos del Estado trabajarán “haciendo la historia que necesita el pueblo venezolano, una historia insurgente, una historia que dé cuenta de los procesos de liberación que ha tenido el pueblo venezolano desde la época colonial”.

Así como las interpretaciones historiográficas suelen tener una intencionalidad política, deben estar exentas de la mentira y también del maniqueísmo mal intencionado que algunos muestran. En el campo académico hay una lucha entre visiones de clases, los siempre visibles (aristócratas, mandatarios, presidentes y gobiernos) y los invisibles de los que nos habló el poeta Gustavo Pereira en sus textos en prosa, para nuestro caso, los pardos, esclavizados, indios, blancos de orilla, campesinos, desposeídos y excluidos sociales de la Venezuela primera.

A propósito del 19 de abril de 1810, Pino Iturrieta, lo tomó como ejemplo de la Academia, aunque puede ser su opinión personal, cuando señaló en esa misma entrevista a la BBC que “Si agarras un documento y lo torturas, puedes encontrar material y evidencia que te permita decir, por ejemplo, que el 19 de abril de 1810 (considerado el “primer grito de independencia” de Venezuela) fue el resultado de un movimiento cívico militar”, lo cual, añadió, no se corresponde con los hechos”.

Al respecto señaló sobre los sucesos del 19 de abril de 1810: “Es un año fundacional para nosotros. Y allí está la clave porque se cristalizan una cantidad de elementos que ya estaban fruto de la maduración colectiva. Se concluye una procesión que andaba por dentro originada por la economía floreciente y la madurez de las aristocracias criollas que son capaces de protagonizar una cosa que nunca antes habían hecho: la interpretación adecuada del panorama internacional.”

Pero que pasaba con los otros sectores de la sociedad, qué papel le tocó jugar a los pardos, indios y a los esclavizados en aquella rebelión. ‘¿Por qué no se ha considerado una interpretación historiográfica sobre que pasaba en esos sectores sociales en 1810?

Mariano Picón Sala en su ensayo “Miranda” indicó que en Caracas, como capital de una Capitanía General, convivían regularmente extranjeros, entre otros ingleses y norteamericanos que llegaban al puerto de La Guaira y subían hasta la ciudad metrópolis especialmente aquellos que profesan la fe cristiana de la Semana Santa, pero además atraídos por la suerte de esos días y posteriormente luego de desencadenarse los sucesos que le dieron protagonismo a Venezuela en el escenario internacional, tal y como lo señala Mariano Picón Salas en su libro Miranda: Caracas a finales de 1810. Bullente, porque la ciudad se puebla de caras extranjeras; porque los marinos y tripulantes de las goletas inglesas y norteamericanas que han recorrido El Caribe ascienden hasta la pequeña metrópolis, porque propietarios o letrados de provincia vienen a informarse de los raros sucesos que están aconteciendo.- Y en la Plaza Mayor hay grupos que discuten o congregan para leer artículos de La Gaceta.- En la posada de El Ángel, ora tan concurrida de huéspedes, siempre está la mesa puesta, mientras se escasean los últimos vinos españoles sobre el diapasón de los debates, que concluyen dirimiéndose en plena calle entre gritos y brazos alzados.- Aparentemente poco ha cambiado en la vida de la antigua capitanía general: las campanas de las iglesias, de la Merced, de San Francisco, de San Mauricio, de la Divina Pastora de Altagracia, aún llaman a los tradicionales ejércitos de “cuarenta horas” o develaciones”.

Ciertamente es a través de las informaciones que traen estos viajeros, marineros y otros criollos que vienen desde Europa, donde se incuba la conspiración contra las autoridades españolas, para algunos sobre la base de crear una instancia protectora de los Derechos de Fernando XVII y otros con propósitos más duros en el espíritu emancipador que tomó forma un año después con la Constitución de 1811.Pero también hay que considerar la reacción de las clases desposeídas ante el hecho del despojo y la dominación.

El mismo Francisco de Miranda quien se encontraba en Inglaterra recibió cartas de sus antiguos esclavos Francisco Antonio y Juan Esteban Siso en los que describen los sitios que añora el Precursor de la Independencia en América, y las intrigas políticas que cierne la sociedad aristocrática y la sociedad parda, mulata, y esclavizada caraqueña contra las autoridades españolas.

¿Por qué unos esclavizados se interesaron en hacerle llegar a Miranda información sobre lo que ocurre en Caracas? Si nos percatamos que la servidumbre que esclavizada trabajaba para sus amos mantuanos en sus mesas y salones de tertulias, escuchaban los rumores de la conspiración política, pregunto ¿Ellos no sería capaz de transmitir, llevar y transitar información sobre las conspiraciones a fuentes de poder que movían los hilos iniciales de la independencia? No hay dudas y las muestras mejor documentadas son las cartas de los Sisos a Miranda. Son reflexiones que ahora tenemos que hacernos a la luz de nuevos documentos que dan cuenta de nuevos enfoques ante el hecho histórico.

Juan Lovera, pardo, artista, maestro pintor de la época es testigo presencial de los hechos y describe en una pintura hecha años después (1835) la escena de la Plaza Mayor aquel jueves santos, cuando los conspiradores instan al Capitán General Emparan a subir hasta el balcón para examinar el pensamiento de los caraqueños que, referéndum oral mediante, negaron a al máximo mando colonial, la posibilidad de seguir siendo autoridad al servicio de la Monarquía Española en tierra venezolana, toda vez que su jefatura mayor en la persona de Fernando XVII fue defenestrada por Napoleón al invadir España y destronar al Borbón.

Fueron dos pardos quienes se ocuparon de hacer la crónica musical que describieron en canciones patrióticas los hechos a través de unas partituras recuperadas por un equipo de especialistas dirigidos por el maestro Diego Silva Silva en 2008, canciones patrióticas que reseñan lo sucedido aquel día, que dio inicio a una saga independentista que aún no ha concluido.

Lino Gallardo con la letra de Andrés Bello dio forma musical a La Canción Americana “Caraqueños otra época empieza” que en su coro señalaba la intención emancipadora con letra dura: “viva solo el pueblo, el pueblo soberano, mueran sus opresores, mueran sus partidarios” y la canción patriota que ha perdurado en nuestra memoria colectiva por más de 200 años,

Hugo Chávez como ningún otro dirigente político venezolano desde 1810, le dio un sitial emocionalmente patriótico en el sentir del pueblo venezolano: “El Gloria al bravo pueblo” cito el texto de Silva Silva el “estribillo empezó a calar en el sentir popular (de 1810) gracias entre otras cosas, a la utilización de una melodía conocida como canciones de arrullo a la que se le adaptaron los versos inspirados por Vicente Salias”. La música de Juan José Landaeta, quien era pardo como Gallardo se inscribe también en la gesta promovida por los revolucionarios caraqueños pero que tomó popularidad gracias a la comunicación oral y musical de los pardos y esclavizados que fueron sumándose a las luchas por la independencia.

Otros ejemplos aparecen en el Diccionario Memorias de la Insurgencia (pagina web del CNH) como el “pardo Antonio Caballero, que antes de prestar sus valiosos servicios a la República el 19 de abril de 1810, servía como curandero popular y se le conocía con el remoquete de “Bonoso”. Y qué decir de “el Gato”, apodo con el que se conocía al pardo analfabeto Manuel Delgado, que luego de ayudar a los insurgentes en abril de 1810, dejó su oficio de panadero para servir como Cabo de volantes”.

Hay que destacar las acciones de los blancos de orilla de origen español o canarios como el caso de Miguel Blasco, militar y espía a favor de los patriotas insertado en la filas de los realistas cuando “El 19 de abril de 1810, impidió por orden del Canónigo José Cortés de Madariaga que se tocara la Generala, razón por la cual le fue dado un reconocimiento. Blasco se pasó con las armas reales al bando de los patriotas, a quienes les trasmitía información sobre los movimientos de las tropas reales” (Memorias de la Insurgencia p. 73)

Blasco permaneció en las filas patriotas hasta su captura y sentencia de muerte, de la cual escapó a través de una fuga colectiva en Puerto Rico en 1812.

Pero hay más datos e informaciones de cómo es espíritu libertario venía desencadenando acciones y movidas más allá de las reuniones de los mantuanos en la Cuadra de Bolívar, antes, durante y después del 19 de abril de 1810. Artesanos, comerciantes, curas incluso militares en las filas realistas protagonizaron acciones antimonárquicas, no solo en Caracas, sino más allá en Maracay, Maracaibo, Valencia, Barcelona, Cumaná, Angostura y hasta en Altagracia de Orituco, dejaron registros de rechazo al monarca español y sus autoridades en Venezuela.

El caso del canario habitante de Altagracia de Orituco José Francisco Carmenates apresado “por gritar que España y Fernando VII eran unos hijos de puta”.

José María Gadea, pardo de 33 años, nativo de Cagua, el 19 de abril de 1810 fue nombrado capitán de batallón de Aragua, luego, se encargó de moverse por los conucos de Cagua y Maracay para reclutar personas que participaran en las luchas por la independencia en aquellos lugares.(Memorias de la insurgencia p. 107)

En fin fueron miles de almas movidas por la revolución que estalló el 19 de abril de 1810, pero todavía tenemos una deuda con mucha información que hay en los archivos de Provincia y Gobernaciones y Guerra y Marina del Archivo General de la Nación, y otros que también existe en los archivos eclesiásticos del país.

Para precisar el método de la historia insurgente cito al Profesor Pedro Calzadilla, Presidente del Centro Nacional de Estudios Históricos, en un discurso reciente al presentar el Premio Nacional de Historia el jueves 11 de abril de 2018: Las batallas por la memoria tienen un escenario estelar, el Comandante Chávez no los asignó como tarea, la historia para nosotros no es el regodeo de contemplar solamente lo ocurrido en el tiempo pasado, sino la historia como herramienta para crear conciencia para fortalecer la identidad de los pueblos y avanzar en la liberación popular, la historia como arma de acción para las batallas de las ideas para la transformación social revolucionaria”. Consideremos entonces la historia del pueblo guariqueño, de los invisibles de ayer, para una interpretación de una historia revolucionaria y como aporte desde la metodología diversa de la historia regional como componente sustantivo de la historia nacional.

Volvamos al 19 de abril y las primeras líneas de la nación

Es la percepción de la situación política internacional, que tiene la aristocracia caraqueña y el pueblo venezolano, a través de las noticias que llegan de Europa, lo que detona los sucesos del 19 de abril de 1810, el proceso de descomposición administrativa se suma a los estados de dominación social de los pardos, indios, negros, mujeres, comerciantes atropellados, campesinos y artesanos sometidos al régimen de oprobio de la Monarquía Española,

Hay que decir que el contexto americano y caribeño, el ejemplo de otras revoluciones que se suceden en el continente tiene impacto en Venezuela: la independencia norteamericana (1775-1783), la independencia de Haití en 1804 (primera república comandada por ex-esclavizados negros en América) y los alzamientos en el Alto Perú, en Quito un grupo de insurrectos se levantan contra las autoridades españolas en 1809

Otros antecedentes muy importantes son los episodios protagonizados en la Conspiración de Gual y España contra la Capitanía General de Venezuela descubierta el 13 de julio de 1797 y que finalizó el 8 de mayo de 1799 y luego el intento de desembarco independentista de Francisco de Miranda en 1806.

En fin, los sucesos ocurridos en España con la invasión de Napoleón prenden llamas libertarias en América.

En Venezuela, entre los promotores fundacionales de la nación destaca un abogado, de San Francisco de Tiznados, Juan Germán Roscio, con quien la República tiene una deuda para repatriar sus restos desde Cúcuta. Roscio fue precursor de los derechos civiles y contra la discriminación, porque el mismo fue víctima al habérsele negado ingresar al Colegio de Abogados de Caracas porque no tenía linaje de sangre, en tanto que era hijo de un agricultor italiano y una mestiza de La Victoria.

Roscio fue Diputado del pueblo en el Cabildo de 1810, abogado de fina factura, su formación jurídico-ideológica y orientación filosófica revolucionaria le daban los dotes para trazar las líneas que un año después sería el Acta de la Independencia y la primera Constitución de Venezuela, que a decir del Profesor Manuel Carrero, en la historia de Venezuela han habido solo dos constituciones la de 1811 y la de 1999, porque las restantes fueron modalidades de la primera hasta que nos dimos la de la constituyente de 1999.

Este país que se llama República Bolivariana de Venezuela, se comienza a trazar como nación en 1810, las primeras líneas la dibujaran sus hombres y mujeres a lo largo del siglo XIX. Fuimos la primera colonia española que expulsa a las autoridades coloniales y eso ocurrió a partir del 1810, y se comienza a instalar una institucionalidad patriótica criolla, La Sociedad Patriótica, la Academia de Ciencias Matemáticas, el Tribunal Superior de Justicia, se inicia la construcción de una nación con identidad propia, que se forjará a través de una guerra cruenta, épica y de dimensiones continentales.

Incluso el Cabildo de Caracas, cuyos diputados y estructura administrativa era colonial se convierte en el poder nacional de nuevo cuño, primero con la excusa de una Junta para defender los derechos de Fernando XVII, que en poco tiempo se convierte en la Junta Suprema de Caracas, y un año más tarde llama a suscribir el Acta de la Independencia para elegir el primer congreso constituyente que instalará en la República en 1811.

De manera que esa junta protectora de1810, fue una treta inteligente de los patriotas para lograr acumular fuerzas y luego convertirse en territorio liberado del yugo monárquico español.

Para finalizar y concluir:

Desde 1810, el pueblo venezolano sigue siendo “una amenaza, inusual y extraordinaria” para cualquier imperio del mundo a través del tiempo. Después de los sucesos de Caracas el 19 de abril de 1810, en Buenos Aires se constituyó una junta provisional que proclamó la independencia en mayo de 1810; luego se reunió un cabildo abierto en Bogotá que depuso al Virrey y se crea el Congreso General de las Provincias de Nueva Granada, en julio de 1810, y en México se rebelaron los pueblos aztecas dirigidos por el cura Hidalgo junto a Morelos y destituyeron al Virrey en septiembre de 1810.

Más de 200 años después, desde que Chávez llamó a una constituyente en 1999, el continente se ha estremecido y siguen los volcanes sociales en erupción con resultados impredecibles en Ecuador, Brasil, México, Colombia, Argentina y el resto de América.

Aldemaro Barrios R.

venezuelaredg@gmail.com

Fuentes citadas.

1. BBC Mundo

http://www.bbc.com/mundo/america_latina/2010/05/100503_2252_venezuela_bolivar_miranda_archivos_gm

2.- Pereira, Gustavo (2008) El Joven Bolívar, Monte Ávila, Editorial Latinoamericana. Caracas Venezuela.

3.- Picón Salas Mariano ( ) Miranda. Monte Ávila Editores. Caracas, Venezuela

4.- Silva, Silva Diego (2008) Testimonios Sonoros de la Libertad. PDVSA Centro de Arte La Estancia, Caracas, Venezuela

5.-Varios autores (2011) Memorias de la Insurgencia Segunda Edición. Centro Nacional de Historia. Caracas, Venezuela.

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