Argentina.- “Hace muchos años, como regalo por su cumpleaños, mi padre recibió una placa con la inscripción: ‘Las relaciones sexuales son como el golf; no tienes que ser un experto para disfrutarlas’, a lo que él respondió sonriendo: ‘Gracias a Dios que es verdad'”.
La anécdota pertenece al Doctor en Filosofía Gregg Henriques, profesor adjunto de la James Madison University, de Virginia, en Estados Unidos. Es conocido por desarrollar un nuevo acercamiento teórico a la unificación de la psicología, al que llamó Tree of Knowledge System (Sistema del Árbol del Conocimiento).
El comentario del padre de Henriques, quien lo compartió en una columna publicada en la revista Psychology Today, plantea una idea interesante: ¿Qué hace que esas experiencias sexuales se conviertan en increíbles?
Hay, por supuesto, muchísimas e interminables guías que pueden ayudarte a tener mejor sexo u orgasmos, pastillas que aumentan el flujo de sangre a los órganos necesarios y muchos consejos. Pero, ¿son estas las que los convierten en verdaderamente en las mejores?
Entrevistas con varios expertos apuntan a cosas diferentes. La psicóloga Peggy Kleinplatz y varios de sus colegas se han involucrado en un programa de investigación que explora las técnicas para que los encuentros sexuales sean realmente grandiosos y usar este conocimiento para ayudar individuos y parejas que luchan contra su baja libido y pobre satisfacción sexual.
Para eso, 55 individuos, de los cuales 20 eran terapeutas, participaron del estudio y respondieron a los secretos sobre la satisfacción en sus relaciones.
Sus respuestas fueron registradas, transcritas y categorizadas.
A continuación se describen los 7 “ingredientes” claves que se encontraron consistentemente descritos en todas las entrevistas.
1- Entregarse
Se refiere a estar completamente presente. Se asocia con sentirse vivo en todos los sentidos y dar lo mejor en cualquier momento. “La diferencia está cuando realmente puedo ser yo y centrarme totalmente. Estar solamente en lo que tengo que estar en ese momento y dejar atrás todos los pensamientos que pasan por mi cabeza sobre cualquier otra cosa”, explicaba un participante.
2- Estar sincronizado
Otra característica para tener experiencias sexuales óptimas fue un profundo sentimiento de alineación o de estado “en sincronía” con la pareja. Fue común que los participantes tomaran prestadas palabras del lenguaje de la física y describieran la sincronicidad en términos de energía compartida, electricidad o conductividad entre las personas.
3- No tener secretos
Casi todos los participantes identificaron una profunda sensación de confianza como característica indispensable de una experiencia sexual óptima.
Del mismo modo, valoraron con una nota muy alta a sus parejas, confesando que habían tenido una conexión erótica muy profunda. Muchos vieron estas cualidades como un requisito previo. “La forma en que actúas con alguien mucho antes de que realmente estés involucrado en cualquier tipo de sexo es parte de ello”, resumieron.
Un profundo sentido de cuidado mutuo también fue un punto importante. Una de ellas explicó que durante sus grandes relaciones sexuales se sintió “amada y deseada, aceptada y apreciada” por su pareja. La confianza, la seguridad y un profundo respeto fueron totalmente necesarios en este punto.
4- Buena comunicación
Los participantes enfatizaron que la capacidad de “escuchar, responder, organizar información, reconocer qué y cuándo, incluso si no se lo dicen, fue crucial”. Enfatizaron la importancia de la sensibilidad, la “escucha real” y “la atención a las cosas pequeñas”.
Muchos, miembros de grupos de minorías sexuales, creían que las habilidades de negociación aprendidas de la educación dentro de la comunidad eran especialmente útiles para una experiencia sexual increíble. El tacto en sí era atesorado como una forma de comunicación especial, directa y erótica: muchos creen que pueden leer a sus parejas a través del cuerpo.
La atención se centró en vivir en una experiencia compartida. Los terapeutas sexuales tratan con clientes que son reacios a expresar sus deseos verbalmente y eligen la comunicación no verbal como la opción más segura y predeterminada. Para ellos, el tacto era esencial para leer las claves y sincronizarse.
5- Ser transparente
En lugar de preocuparse por el juicio o el tacto, muchos participantes expresaron el valor de ser implacablemente honestos consigo mismos y totalmente transparentes con sus parejas sexuales. Una de ellas definió sus mejores experiencias como “sexo donde puedes decir cualquier cosa y ser cualquier cosa”. Algunos encuestados describieron una sensación de desinhibición.
“Poder ser egoísta, impulsivo, despreocupado, descuidado o no planificar nada en el momento y estar emocionalmente disponible e incontrolado”, aseguraba uno de ellos. El poder emocional de ser genuino, ser visto y estar desnudo emocionalmente fue descrito repetidamente como un regalo.
6- Arriesgarse
Correr riesgos y explorar cosas nuevas fueron 2 de los componentes más importantes. Muchos compararon la experiencia sexual óptima con un “proceso de descubrimiento” continuo, una exploración o un viaje en el que era necesario impulsar y expandir continuamente los límites sexuales personales.
Como explicó una de ellas, “soy una exploradora que no para de experimentar. Estoy dispuesta a probar cualquier cosa y ver qué sucede”.
El sentido del humor, la risa y la alegría eran vitales y servían como un complemento seguro para dicha exploración y toma de riesgos interpersonales.
7- Ser vulnerable
El poder de la vulnerabilidad es un concepto común en estos días. Varios de los encuestados creyeron que permitirse ser vulnerables y rendirse a un compañero era la clave para tener la mejor experiencia sexual. El significado en este contexto es más interpersonal porque el “poder poner todo tu ser en manos de otra persona” es importante.
En las buenas relaciones siempre hay algunas barreras que son pequeñas pero detectables, aunque cuando tienes buen sexo desaparecen. Para ser transparente y vulnerable debes sentirte intensamente erótico en lugar de tener miedo. Además, varios compararon de forma independiente el hecho de ser vulnerables durante una experiencia sexual óptima y rendirse por completo a la pareja.
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