Néstor Francia / ¿Y después del 20 de mayo, qué?

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Lo primero que se debe decir es que este abril encuentra a la oposición en situación muy distinta a la que tenía a principios del mismo mes de 2002. Entonces había logrado apuntalar una poderosa ofensiva después de desarrollar un exitoso proceso de acumulación de fuerzas que la puso en la antesala de la toma del poder. En aquel mes acaso cometieron un craso error: en sus cuentas no computaron un factor decisivo, la conciencia y determinación del pueblo revolucionario, incluido el pueblo militar. Finalmente ese pueblo les asestó una derrota histórica. Hoy la oposición viene, en cambio, de un proceso de reflujo, de derrotas consecutivas, de debilitamiento extremo de su fuerza de calle. Pero ¡cuidado!, están graves pero no muertos, no se puede caer en triunfalismo. Veamos cómo se desenvolvió la semana política objeto de nuestro Análisis de hoy.

Hay tres elementos que dominaron la semana desde el 6 al 12 de abril pasados: la pelea en la oposición entre el sector electoralista y el abstencionista, la ofensiva opositora en el área de la salud -que les sirve de actual plataforma para su intento de recuperar la perdida capacidad de movilización- y la ofensiva internacional contra Venezuela vinculada a la Cumbre de las Américas que ha de desarrollarse entre hoy y mañana en Lima. Siguió presente con fuerza el tema de las dificultades económicas, sociales y políticas que afectan al Gobierno Bolivariano, y que apuntan a una situación complicada más allá del próximo evento electoral. De cada una de estas cosas nos ocuparemos un poco en este análisis de hoy.

El dilema de la oposición de cara a las elecciones del 20 de mayo es una de las manifestaciones públicas más evidentes de su división, aun cuando tiene expresiones que poco se comentan, como la disyuntiva que representa la participación o no en aquellos estados en los que la derecha gobierna, dada la importancia que comportan allí las elecciones legislativas. Se habla en los corrillos de las diferencias que en ese sentido hay a lo interno del partido Acción Democrática, que detenta esas gobernaciones. Lo más de bulto es lo que atañe a la elección presidencial, con respecto a la cual la división es pública y notoria.

En un foro realizado en Caracas, el jesuita Francisco Virtuoso aseveró que la participación de Henry Falcón en la elección presidencial legitima la pretensión del Ejecutivo de “perpetuarse en el poder”, por cuanto los comicios no contarían con garantías. Virtuoso señaló como necesario que los partidos políticos y la “sociedad civil” se movilicen unidos de aquí al 20 de mayo para “denunciar la farsa electoral”: “La estrategia presentada por Henri Falcón debilita la estrategia de la MUD y favorece en principio el objetivo político del régimen de crear un escenario electoral manipulable… Si algo se ha logrado con la participación de Henri Falcón en este proceso ha sido precisamente dividir al electorado de oposición en dos grandes tendencias: una que ve como necesario abstenerse de este proceso electoral y el otro al que se le ha creado la ilusión de que la participación en este proceso ofrece algunas ventajas. Entonces, los sectores opositores no solamente están imposibilitados de ganar, sino también divididos”.

Por su parte, Falcón no solo se opone al abstencionismo sino que además calificó como vergonzosa -muy importante- la actitud de los dirigentes de la oposición en Venezuela al realizar una campaña al nivel nacional e internacional en pro de una intervención extranjera, vinculando esa posición con el llamado a la abstención: “Algunos sectores minoritarios pudieran intuir que si no se vota, seguramente una fuerza extranjera pudiera venir el día 21 a resolver los problemas de los venezolanos, cosa que da vergüenza de sólo pensarlo”. Criticó además que quienes plantean la abstención no develan su verdadero objetivo. “¿Quién le ha dicho al país, de los que dicen que la ruta es abstenerse, qué es lo que vamos a hacer?; ¿Cuál es el plan?; ¿dónde está la ganancia de tal abstención? No existe”. El candidato de Avanzada Progresista (AP), Movimiento Al Socialismo (MAS) y Copei reconoció también que existe un grupo que se inclina por un golpe de Estado.

A pesar de estas diferencias, Falcón confiesa que, más allá de esta división coyuntural, sus objetivos son los mismos de toda la derecha del patio: “Yo no puedo decir en ninguna parte que yo tengo adversidades con los compañeros de la MUD y mucho menos con el Frente Amplio, aunque nosotros hemos decidido exigir condiciones o garantías participando, y ellos no… El enfoque estratégico sigue siendo el mismo, que es derrotar a un gobierno, darle un destino al país y transformar la verdad que nos pone en miseria”.

Falcón parece dispuesto a llegar hasta el final, aunque con este tipo de oportunistas nada es seguro. En ese sentido, ha declarado que “No vamos a renunciar, aquí estamos planteando soluciones, mientras otros no proponen qué hacer con Venezuela ¿Qué dicen esos políticos que quieren abstenerse? ¡Nada! son políticos de la nada”. Ignoramos si Falcón lo sabe, pero esto es lo mismo que dijo Chávez alguna vez: la oposición es la nada.

Por supuesto, el destino de esta zaragata entre actores de la derecha tendrá mucho que ver con el resultado que se dé el 20 de mayo. Para Falcón y los partidos que lo acompañan hay más de una forma de ganar. Si su votación es relativamente alta, con una participación electoral igualmente considerable, no hay duda de que tendrán la oportunidad de convertirse definitivamente en una nueva referencia en la oposición. Esta victoria relativa de Falcón y los suyos dejaría muy mal parados a la MUD y al “Frente Amplio”, lo que no significaría que estos desaparezcan, pero sí que políticamente quedarían bastante maltrechos. La lucha interna en la derecha criolla no se refiere solo a si gana o se legitima Maduro, sino también a quién se quedará con la sartén tomada por el mango en ese sector.

En cuanto a los abstencionistas, es claro que su planteamiento sigue siendo insurreccional. Según el profesor universitario y vocero del “Frente Amplio” Víctor Márquez, “Aquí en Venezuela los ciudadanos vamos a proceder a la desobediencia civil, porque a partir del día 21 si él (Maduro) se elige a través de ese mecanismo, él pierde la legitimidad de origen, y pasa a ser una persona que no representa al presidente de Venezuela”. Por supuesto, estas intenciones tienen la considerable dificultad de la muy baja popularidad de la “dirigencia” opositora. Ni siquiera en su base social tradicional los quieren y muy pocos estarían dispuestos a arriesgar el pellejo por estos demiurgos de las derrotas. En ese sentido, parece mucho más plausible la táctica actual de Falcón y de quienes lo postulan.

Ahora bien ¿y el chavismo? ¿y Maduro? De cara al 20 de mayo tienen todas las de ganar, aunque esto no es razón para triunfalismo, como hemos dicho. El gran descontento social, sobre todo por la inflación galopante e imparable, con los burgueses y los comerciantes haciendo los que les da la gana en ese sentido, hacen que parezcan insuficientes los esfuerzos del Presidente y su Gobierno por proteger al pueblo. La verdad es que el ingreso real de los trabajadores es desbordado cada día por la espiral vertiginosa de los precios. Esto es un hándicap muy duro y no es pertinente desconocer que puede haber sorpresas, y no hablamos solo que pueda haber un resultado adverso (una derrota simbólica, por ejemplo, con Maduro aventajando por muy poco a Falcón), sino también de una abstención alta que deslegitime la elección al nivel de la opinión pública.

En este sentido, apelamos a un estudio de la profesora y analista del discurso Yelitza Ramírez Díaz. Ella explica que “Tiempo hace desde que se realizaban estos informes semanales a petición del Despacho de la Presidencia de la República. Hace poco más de diez años sostuvimos, argumentamos y fundamentamos teóricamente que el discurso de la oposición venezolana giraba en tres (3) ejes temáticos, a saber: 1) Gobierno ineficiente; 2) Gobierno corrupto y 3) Gobierno forajido… ahora se le dice abiertamente ‘Narcodictadura’, ‘Amenaza para la seguridad de EEUU’, ‘Colaboradores del terrorismo internacional’, ‘Un problema para los países vecinos’. ‘Violación sistemática de Derechos Humanos’. En su oportunidad hicimos un análisis de la Carta Democrática Interamericana y la contrastamos con los discursos del momento para alertar que se apuntaba hacia una intervención internacional. Se prepara el terreno”. En realidad, este plan intervencionista existe desde hace tiempo, no es nada nuevo, pero en la actual situación internacional es muy poco probable que pueda concretarse, por ahora. De hecho, Trump ha dicho abiertamente que no asistiría a la Cumbre de las Américas debido a la situación relativa al conflicto en Siria (mientras revisábamos este artículo se produjo el bombardeo imperialista a blancos escogidos en ese país). Es impensable que en este momento vaya a abrir un frente militar tan difícil como el que representaría Venezuela.

La profesora señala cosas interesantes, como el hecho de que “el plan de guarimba, ‘tranquen todo’ y paro general no ha cejado sino que ha cambiado su modalidad. Por ejemplo, el caos en el metro y la falta de transporte aunado al tema del efectivo para pagar los pasajes tienden a obstaculizar, por no decir a paralizar, las actividades cotidianas. El país se está paralizando. Se prepara el terreno a lo interno”. Bien, nosotros no decimos que el país se esté paralizando, pero sí que marcha con gran dificultad, nos han venido convirtiendo en una sociedad disfuncional en muchos sentidos, todo esto juega contra la estabilidad del Gobierno revolucionario.

Ramírez Díaz se hace preguntas para nada despreciables: “El gobierno se habrá enterado de que por el alto costo de los alimentos, la escasez o, en el mejor de los casos por la entrega de las bolsas CLAP, muchas personas faltan frecuentemente a sus sitios de trabajo y estudio (y como la vida se impone) tienen que salir de caza, pesca y recolección para poder sostenerse, sobretodo, en los hogares donde hay niños y ancianos… Sabrá el gobierno que se pierden largas horas para hacer un trámite en un banco sin dejar de mencionar la falla del Banco de Venezuela que nos mantuvo a los empleados de la administración pública con nuestros sueldos represados y paralizados, y que la banca electrónica pierde su efectividad puesto que la internet y el teléfono fallan constantemente porque se ‘robaron los cables’… Sabrá el gobierno que muchas personas faltan a su trabajo o estudio porque no tienen agua por muchos días o que las constantes fallas de luz dañan aparatos incomprables en este momento y/o los pocos alimentos que se pueden adquirir con mucho sacrificio. Para no hacernos demasiado abundosos dejaremos esta descripción hasta aquí, puesto que lo que queremos destacar queda ya dibujado: El país se paraliza. Ese es el objetivo: paralizar. El propósito es: tumbar, derrocar material, efectiva e ideacionalmente (sic) al gobierno”.

¿Cómo enfrentar una situación como esta? Porque no se trata solo de ganar la elección, estamos obligados a pensar qué viene después. En circunstancias como la actual son muy malas consejeras la autosuficiencia, la soberbia, la auto-complacencia. El mundo no se acaba el 20 de mayo, tenemos un camino de espinas por delante y es menester prepararse para ello, desestimando vicios como el sectarismo, la prepotencia política, la promoción de los aduladores y el desprecio por la crítica. En ese sentido, afirma la profesora: “Debemos decir con absoluta responsabilidad, como siempre lo hemos hecho, que se necesita (re) construir el discurso. Ya no basta con acusar y denunciar los sabotajes. Es necesario, centrarse en el primer eje temático en polaridad positiva: Gobierno Eficiente y en la calle, dando respuestas de verdad verdad, que se sienta, que se perciba, que se hable de eso y que le baje intensidad al caos y a la desolación. Escuché de una viejita a la cual conozco desde niña como comunista, decir que prefiere que la derecha tome el gobierno de una vez si con esto se acaba esta vaina (para referirse al sufrimiento hondo que nos están infligiendo). Esto es grave en momentos electorales y/o de guerra”. Nosotros agregamos que hay que hablarle al pueblo con la verdad, porque en realidad en este momento estamos más cerca del infierno que del Paraíso. No dorar la píldora sino promover cambios profundos en todos los órdenes, convocando al pueblo a asumir los sacrificios -que no cesarán de un día para el otro, no esperemos milagros- pero con base en planes de contingencia creíbles, con plazos para los logros, que abran perspectivas, que incorporen al país, incluso a muchos que ahora excluimos por razones de dogmatismo y sectarismo. Para recuperar la esperanza es necesario salirnos de la burbuja que nos encierra en un discurso repetitivo que ya no emociona sino a la minoría (numerosa, importante, bien organizada, pero minoría al fin) de los convencidos. Son ideas para el debate, si acaso nos atrevemos a debatir. Quien no es inconforme, no es revolucionario.

Por lo pronto, y a pesar de los pesares, en lo político estamos en ventaja. Inclusive, al nivel internacional están pasando cosas que nos favorecen. Una de ellas es el derrumbe de las expectativas que la derecha se había hecho con la Cumbre de las Américas. El concierto de Lima ha sufrido la baja de sus dos estrellas principales: Donald Trump y Nicolás Maduro, además de Raúl Castro. Sin estos protagonistas, será un evento más, con sus declaraciones generales e inocuas, con los mismos actores y el mismo discurso reaccionario y contra la Revolución Bolivariana, será una cumbre sin sorpresas y sin relevancia.

Por otro lado, las posiciones en cuanto a las elecciones de mayo, parecen haberse suavizado un poco. Ya no se habla de desconocerlas en términos absolutos. Esto acaso tiene que ver con las grandes debilidades que están mostrando los pupilos internos del imperialismo. España ha expresado una expectativa que ha sido también planteada por el Departamento de Estado gringo. Según el portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, España estará pendiente de ver “las posiciones de unos y otros” en las elecciones presidenciales de Venezuela del próximo 20 de mayo y “juzgará” a partir de este análisis. Estas fueron sus palabras: “Siempre hemos mantenido la misma posición y la seguiremos manteniendo. En las elecciones, estaremos viendo a ver cuáles son las posiciones de unos y otros y juzgaremos” ¿Será que tienen alguna expectativa positiva con Henry Falcón, que no solo puede referirse a una victoria suya sino en general a un resultado sólido? ¿Será que manejan encuestas que auguran una alta participación popular? ¿Será que sus dudas se vinculan al evidente desastre que es la oposición venezolana?

El plan que intenta acercar a la oposición a una recuperación de la desaparecida iniciativa política, ha tenido como pivote importante en la semana analizada el tema de la salud pública. La derecha ha organizado varias protestas en este sentido que se iniciaron con una que ejecutaron algunos padres de niños con cáncer ante el Hospital de Niños J.M. de los Ríos, en Caracas. La canalla mediática se ha venido haciendo eco de estas manifestaciones minoritarias. Según la agencia AFP, “Preocupados tras siete meses sin conseguir medicinas, decenas de enfermos de Parkinson marcharon este lunes en Caracas para pedir a Naciones Unidas que interceda ante el gobierno venezolano y se importen los tratamientos que necesitan”.

También representantes del gremio de médicos y enfermeros del hospital Dr. José María Vargas, en Caracas, protestaron el martes por la supuesta falta de insumos médicos para atender a los pacientes que ingresan en este centro de salud. El médico cirujano Daniel Sánchez aseveró que los nuevos brotes de los virus como el “dengue, sarampión y paludismo”, que han surgido en el país, no pueden ser atendidos correctamente por la escasez de medicamentos: “Estamos protestando porque nuestros pacientes no tienen suficientes alimentos, porque no hay suficientes medicamentos para atender a los pacientes del hospital”.

La diputada derechista María Teresa Pérez afirmó por su parte que “según datos de la OPS, entre el 2016 y el 2017 Venezuela presentó 853 casos de difteria de los cuales solo 166 fueron confirmados por el Estado venezolano… De esos 853 casos, 127 fallecieron, y fallecieron por una enfermedad que en Venezuela estaba erradicada, que era la difteria y que es prevenible por vacunas”.

Douglas León Natera, sempiterno presidente de la Federación Médica Venezolana, declaró que “Es muy difícil cumplir el acto médico con decoro cuando no hay nada en los hospitales, están con una carencia por encima del 96 y 97% en cuanto insumos, materiales quirúrgicos y medicamentos. Es tétrico lo que está pasando en los hospitales porque el paciente no cuenta con esa ayuda fundamental y el médico no tiene el soporte para aplicar el tratamiento adecuado al paciente cuando amerita algún tipo de actividad de este tipo y el medicamento es faltante”.

A todas estas, el canal de Internet Vivo Play informó que gremios de la salud convocaron a protesta nacional el martes 17 de abril de 10:00 a.m. a 2:00 p.m. Por su parte, la Asamblea Nacional en desacato aprobó citar al ministro de Salud, Luis López, para que dé explicaciones por la “grave situación” que atraviesa este sector en la que se incluiría la falta de vacunas que calificaron, entre otras cosas, de “alerta epidemiológica”. Esto a pesar de que el viernes pasado el presidente Maduro, acompañado del ministro López, anunció la puesta en marcha de un plan de vacunación totalmente gratuito que cuenta con más de 11 millones de dosis, desde ese mismo día hasta el 13 de mayo y que tendrá la asesoría de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El Presidente señaló que se vacunará contra la tuberculosis, hepatitis B, polio, sarampión o difteria, entre otras enfermedades y que las inyecciones se pondrán en 5.468 puntos fijos en todo el país y en 92 itinerantes.

La idea es que la recuperación de la capacidad de movilización opositora se reedite con base en la idea del “Frente Amplio”, atacando en determinadas áreas y apelando a la “sociedad civil” como motor de las protestas, disminuyendo el papel que han venido desempeñando los desacreditados partidos políticos de la derecha. Pero como siempre decimos, no es cierto lo que afirma el dicho popular de que “querer es poder”. Es muy difícil que en algún tiempo cercano la oposición recupere su fuerza de masas, su capacidad de movilización callejera. Sin eso, difícilmente pueden pensar en una conspiración exitosa. Eso es lo bueno para nosotros. Lo malo es que según se acerque el 20 de mayo, la base social opositora, ante la ausencia de otras opciones, decida desoír el llamado a abstenerse y se decida a votar en masa, como ha pasado en otras ocasiones. No por favorecer a sus candidatos, sino para salir de la “dictadura”. Si eso ocurriera, podríamos estar en problemas.

De todas formas, el abstencionismo tampoco está de brazos cruzados. Otro vocero del “Frente Amplio”, el sociólogo Ángel Oropeza, ha anunciado que habría una rueda de prensa desde la Plaza del Rectorado de la UCV, donde se anunciarían próximas actividades como una jornada, este fin de semana, de “divulgación y concientización” para que la gente sepa porque lo del 20 de mayo “no son elecciones”, y además que “Vamos a anunciar el gran congreso nacional de juventud venezolana para la semana siguiente, junto al congreso nacional de mujeres y trabajadores, todo esto combina el activismo social para que de la organización social surjan ideas”. Algo es algo, dirán ellos. Lo cierto es que están urgidos de dar respuesta a la frecuente pregunta de qué es por fin lo que quiere el negro abstencionista del “Frente Amplio”.

Aporrea

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