Caracas.- El poeta de Las cosas más sencillas, El Ruiseñor del Catuche -como lo inmortalizó Enrique Hidalgo- nació en un hogar humilde en el muy humilde sector El Guarataro, parroquia San Juan, Caracas.
Desde niño Aquiles Nazoa venció muchas adversidades y, como alguna vez dijo su hijo Claudio, “era millonario en todo, menos en dinero”. Fue autodidacta y sabía transmitir sus conocimientos de la forma más sencilla. Esa cualidad se podía apreciar en el programa que tenía en la Televisora Nacional, canal 5, que se llamaba, precisamente, “Las cosas más sencillas”, donde podía hablar de astronomía, física, música o recitarle un poema a una tortuguita:
Como humorista colaboró en varias publicaciones como “El Morrocoy Azul” y “Fantoches”. Algunos de sus escritos no hicieron gracia al gobierno de Marcos Pérez Jiménez (1950-1958) por lo que estuvo preso en más de una oportunidad. Aquiles Nazoa falleció en un accidente automovilístico el 26 de abril de 1976, hace 42 años. Desde entonces, El Ruiseñor de Catuche, que hoy recordamos, no ha dejado de cantar.
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