Rostov del Don.- Y tras Argentina y Alemania… ¡¡¡Brasil!!! La Canarinha se sumó al grupo de favoritos que se la han pegado en la primera jornada del Mundial y abre todavía más el abanico de candidatos a llevarse la Copa del Mundo el próximo 15 de julio.
Porque Brasil, que comparecía en Rusia con el cartel de claro favorito, tampoco se come a nadie y dejó muchas dudas en su estreno mundialista ante Suiza, a la que le bastó ser un equipo ordenado y sobrevivir al asedio final de 10 minutos para llevarse un punto que deja el grupo E muy abierto, con Serbia como líder.
Con Neymar desactivado por Behrami primero, y cosido a patadas después, Brasil se convirtió en Rostov en un equipo vulgar que sólo se mueve a los arreones de sus grandes jugadores, especialmente los de arriba.
Pudo llevarse el triunfo y seguramente lo mereció en los instantes finales con cuatro ocasiones claras de gol, pero dejó la sensación de que no es mejor equipo que Suiza y que sin Neymar no hay un plan B.
Brasil fue ante Suiza un equipo sólido y poco más. Temeroso con la pelota, practicó un fútbol seguro, pero poco vistoso. No le hacen ocasiones y por eso va a costar mucho ganarla, pero sufre mucho ante defensas cerradas. Porque anulado Neymar, sólo queda Coutinho para inventar.
Ante Suiza, el jugador del Barcelona dibujó un golazo que parecía que desataría a la Canarinha, pero no fue más que el fogonazo de un genial jugador. El tanto puso en ventaja a Brasil, pero no cambió el guión del encuentro. Es más, a partir del gol, minuto 19 de la primera parte, Suiza le quitó el balón a Brasil.
Durante los dos últimos años, Tite ha construido un equipo que es una roca. Había encajado cinco goles en los últimos 21 encuentros y había arrasado en su fase de clasificación. Siempre con un doble pivote que es innegociable y que ante Suiza se negó a quitar haciendo un flaco favor a su equipo.
Tiró dos cambios quitando a Casemiro y Paulinho y dando entrada más de lo mismo, a Renato Augusto y Fernandinho. También se mostró rácano quitando al nueve titular, Gabriel Jesús, para dar entrada a Firmino. Delantero por delantero.
Cambios miedosos que hicieron echar la mirada cuatro años atrás. Scolari hizo lo mismo durante todo el Mundial de Brasil y a la hora de la verdad se llevó siete.
Suiza rescató un empate de oro gracias a una jugada a balón parado en la que Brasil reclamó el VAR. Zuber empujó levemente a Miranda y marcó por detrás de Casemiro un tanto que Suiza celebró como una victoria y que en los instantes finales defendió con el alma.
Fuente
Juan Ignacio García-Ochoa