Londres.- El Arsenal-Liverpool abría el maratón navideño de la Premier. Antes del boxing day, gunners y reds protagonizaron un partido loco. En este escenario de emociones, en la montaña rusa del Emirates, ambos equipos se abrocharon el cinturón y templaron nervios. Se dividieron el premio eso sí, pero fue un empate vibrante y divertido.
Quinto y cuarto de la tabla, separados por apenas un punto, reeditaron el duelo que vivieron en agosto cuando los de Klopp se impusieron por 4-0. La primera parte fue un monólogo red.
Apretaba el Liverpool y los primeros peligros llegaron por la banda izquierda. Y dos cabezazos de Firmino hicieron saltar las alarmas en la zaga gunner. Así, antes de la media hora de juego, Salah condujo una contra que acabó con un centro al área que Coutinho cabeceó para abrir la lata.
El brasileño anotó el tanto número 700 del Liverpool fuera de casa en la Premier. El que fue cortejado por el Barça en verano ha participado en 16 goles (nueve dianas y siete asistencias) entre todas las competiciones en los últimos 11 partidos. Los de Klopp eran superiores, pero imprecisos a la hora de rematar. Al descanso, el Arsenal no había chutado ni una sola vez entre los tres palos.
A la reanudación, Salah fabricó la enésima contra y, desde el borde del área, sacó un disparo con rosca que acabó en las mallas de la portería gunner. El egipcio, pichichi de la Premier, suma 15 tantos en 19 partidos disputados e igualó su mejor marca goleadora que hizo en la pasada temporada con la Roma (15 goles en 31 duelos).
Entonces, se desató la locura y salió a la luz la doble cara del Pool. Letal arriba, lamentable atrás. Primero, Alexis acortó distancias aprovechando un fallo de Joe Gomez que se quedó dormido. Luego, Xhaka sacó un zurdazo que encontró a Mignolet poco atento y firmó su primera diana del curso. Y, finalmente, Özil se encargó de completar la remontada con una maravilla.
El alemán aprovechó un pase de tacón de Lacazette y la picó por encima del portero. Al Pool, de repente y en tan sólo cinco minutos, se le complicó un partido que controlaba sobradamente.
Los de Wenger marcaron tres goles con los primeros tres remates entre los tres palos. Sin embargo, la rebelión gunner no acogotó a los de Klopp, que tardaron sólo 13 minutos en responder y poner las tablas, merced a Firmino. Después de unos 20 minutos vertiginosos, llegó la calma. La montaña rusa se paró y Arsenal y Liverpool se dividieron el premio antes de Navidad.
Fuente
Elia Di Marzio