Los medios de comunicación públicos y los privados también, desde hace bastante tiempo vienen aplicando un proceso de censura. Ambos militan en su pensamiento único. Se cuidan al extremo para no darle cabida a los que observan, miran y piensan las situaciones distintas a como ellos suponen son las cosas o los problemas.
La censura puede ignorar al otro o el pensamiento del otro. Reprime con algún poder, las ideas de otros. Simplemente el acto se focaliza en no darle el espacio. El otro sigue en su lucha por explicar las situaciones y tratar de darlas a conocer.
En la edición de este martes 17-J, Mario Silva arranca como ya es frecuente en los programas de los medios públicos con un video largo sobre Chávez, justo sobre las explicaciones de Chávez que quieren dar a conocer. Una vez terminado el video, aparece Mario Silva y entre las primeras cosas que nos dice es que le gusto algo que escribió Earle Herrera. No dijo, ni supongo era su propósito, explicarnos las razones por las cuales él consideraba que lo escrito por Earle Herrera era de su gusto. Mario Silva simplemente sentenció.
Inmediatamente después de sentenciar que Earle Herrera escribió un artículo que le gustó, sostuvo que otros escritos no les gustaron. No asomó ni uno de los autores de estos artículos que no le gustaron ni las razones por las cuales no le gustaron. Decirlo así, fue una forma elegante de borrarlo o de quemarlos. Mario Silva que se pronuncia con frecuencia por el debate, tiene la costumbre de aniquilar al otro que no piensa exactamente como él, bajo el amparo de la sombra y la oscuridad. No existe el derecho del otro. No tiene el otro, el derecho de un nombre y de conocerle su idea. El propósito es aniquilar el otro y hacer crecer la sombra del pensamiento único.
Supongo que el artículo que le gusto de Earle, fue el que escribió con el título de “Perdón, pues”. Me magino, cuales fueron censurados y aniquilados.
Así es el debate de ideas, que se promueve desde los medios públicos y que la “revolución” utiliza, sin que las disidencias tengan cabidas.
Amaranta Rojas