Alex Vásquez Portilla / El país fabulado

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Primer Sufrimiento. Desde que el chavismo llegó al poder la oposición, que antes fue gobierno, comenzó una ardua tarea: restaurar la cuarta república. Se obsesionaron con sacar a Chávez del poder y no escatimaron esfuerzos, acciones y apoyo de los gringos y dinero de ellos para lograrlo. Fracasaron en muchísimos intentos, se quedaron vestidos y alborotados.

Segundo Sufrimiento. Chávez le solicitó al pueblo apoyar a Nicolás Maduro. La oposición alucinada con la idea de restaurarse en el poder, pegó un brinco de alegría, ahora la cosa sería pan comido porque “Maduro no es Chávez”.  Maduro los derrotó en las elecciones presidenciales. Capriloco quedó aturdido y cantó fraude y salieron a guarimbear. Resultado: la oposición se quedó sin el chivo y sin el mecate, pero el país incendiado, destruido y varios muertos.

Tercer Sufrimiento. Después de su primer triunfo profetizaron que no pasaría de una semana a quince días, pero los grandes líderes son los que se forjan en la adversidad. El presidente Maduro es un ejemplo viviente de ello, porque si en algún fogón de leña ha tenido que carbonizarse durante cinco años ha sido en el de la adversidad.

Es difícil encontrar un período que se parezca al primero de Maduro en esta peculiaridad de no haber tenido tregua alguna. Desde la descarga iracunda convocada por el derrotado y lunático Capriloco en abril de 2013, hasta la tentativa de la destartalada (pero bien apoyada por los gringos) oposición de boicotear las elecciones presidenciales del pasado mayo, pasando por la catastrófica caída del ingreso petrolero y por el incesante ataque contra la economía que martiriza al pueblo.

Cuarto Sufrimiento. Este caso de crecimiento en medio de grandes contratiempos debería ser objeto de estudio en las escuelas de ciencias políticas, pero creemos que va a ser difícil que a Maduro se le reconozca este mérito porque la adversidad a la que se enfrenta diariamente tiene como uno de sus principales componentes la subestimación, el menosprecio y hasta el desprecio y maltrato de los adversarios. Entre ellos no solo se encuentran los líderes de la oposición de derecha, sino también el monumental e influyente aparato comunicacional, cultural y académico del capitalismo hegemónico.

Es entre los inteligentes donde más escozor causa el éxito de Maduro como líder. Los ilustrados opositores no entienden cómo este conductor de autobús y sindicalista logró frenar un golpe de Estado convocando a una Asamblea Nacional Constituyente, una jugada de alta estrategia política en la que el factor sorpresa dejó aturdida y atontada a la oposición pro gringa.

Los sesudos economistas no duermen tratando de adivinar cómo es que ha sobrevivido a una superinflación inducida; y cómo es que, siendo tan iletrado está modernizando a Venezuela en el muy visionario escenario de las criptomonedas.

Los plurilingües internacionalistas no entienden cómo un obrero resultó ser un competente canciller por varios años y luego convertirse en presidente del Grupo de los Países No Alineados y es capaz de plantársele al imperio de Estados Unidos, a Europa y a sus gobiernos lacayos de América Latina (Grupo de Lima), incluso sin la afamada “petrochequera” a la que entonces se atribuían todos las victorias del chavismo en su política exterior.

Quinto Sufrimiento. Es extraño, el presidente más acusado de ignorante y bruto, les ha ganado todas las contiendas a las autoproclamadas lumbreras opositoras. ¿Cómo se come eso? O Nicolás Maduro no es tan burro y mentecato como lo pintan o en la derecha rebuznan y dicen que están disertando.

El tiempo fue pasando entre desafíos cada vez más exigentes y estrategias opositoras cada vez peores. Salió ileso del intento de referendo, superó la derrota de las elecciones parlamentarias, venció los intentos de derrocarlo a los modos brasileño, paraguayo, hondureño y ucraniano.

Después de cuatro meses de muertes y violencia pagada en dólares, ha ganado cuatro elecciones, incluyendo esta última que es inequívocamente suya. Hasta salió airoso del magnicidio frustrado. La adversidad lo forjó como un líder con mérito propio.

Sexto Sufrimiento. Luego de decir que Nicolás Maduro es el político más inepto que se haya conocido, la derecha se ve obligada a buscar una excusa para sus derrotas ante él porque… ¿cómo quedan parados quienes son derrotados por un sujeto teóricamente tan torpe y siendo ellos unas lumbreras?

No han querido ver que Maduro ha tratado siempre de responder a cada artimaña de la guerra económica con una medida compensatoria, algo que alivie el martirio de la gente, maquinando cada día, a toda hora, para estirar el dinero como hace una madre o un padre responsable. Así, evaden lo innegable: que el pueblo pobre reconoce esos esfuerzos.

Antepenúltimo Sufrimiento… La oposición que compre alpargatas porque Maduro los derrotará otra vez a partir del 20 de agosto con el programa de recuperación y crecimiento económico.

Atentos el próximo martes.

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