Un amigo lector me escribe asegurando que la palabra “reconverción” no existe y en consecuencia, está siendo mal utilizada por el gobierno, por lo cual, como comunicador, me pide una opinión.
En efecto, el lector tiene razón, el vocablo “reconverción” no existe, por ello se escribe “reconversión”, con S y no con C. Y vale destacar, que es así como lo ha escrito el gobierno y los medios de comunicación. Presumo que los errores se han visto en redes sociales y en opiniones de algunas personas.
Pero dejemos de hablar de los demás, deporte muy practicado en este país y hablemos del fulano término.
Reconversión es simple y llanamente “volver a convertir o transformar”, es decir, convertir algo que ya estaba convertido. Generalmente se utiliza para referirse al “Proceso técnico de modernización de industrias”.
Pero no se confunda reconversión y conversión no es la misma cosa. Conversión viene del latín “conversio- onis” y se refiere simplemente a la “Acción y efecto de convertir o convertirse”. Es decir ser algo que antes no se era.
Se puede convertir a musulmán un cristiano y un adeco en chavista. Mientras que se “reconvierte” solo el que ya estaba convertido. Aunque en la fauna política, nuestro país está lleno de convertidos y reconvertidos, valga decir, brinca talanqueras.
Toda esta habladera se origina pues el gobierno realizó una “reconversión monetaria”, para ello anunció la modificación del “cono monetario” que nadie entiende un cono de este cono.
Lo cierto es que más allá del cono y la reconversión, algunos se preguntan: ¿Dios Santo en qué nos hemos “reconvertido”?
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Orlando Medina Bencomo