Caracas.- Expresar los sentimientos es clave para el manejo de las emociones y si esto se enseña desde niño será mucho mejor. De ahí la importancia que mamá y papá ayuden a los niños a expresarse, recuerda que esto no se logra por arte de magia, sino con un trabajo diario para que la expresión sea sana por el niño y el entorno que lo rodea.
No hay un manual, cada caso es diferente y una publicación no sustituye la atención psicológica profesional.
El psicólogo Rubén La Rosa presenta algunas cosas que como psicólogo y padre ha aprendido sobre la comunicación con los hijos para que hablen y también nos escuchen:
1 Busca menos y mejores palabras: Implica que seas asertivo al momento de expresarte, de decir lo que piensas, lo que sientes y lo que te gustaría que ocurriera ¡SIN SERMONES!.
2 Enséñale a expresar lo que siente: Los estados emocionales NO pueden reducirse a bien o mal… hay que ponerle nombre a lo que sentimos! es alegre, triste, temor, rabia, culpa, etc.
3 Enséñale a decir no me gusta o no quiero: Poner límites y hacer valer sus derechos DEBE ser una prioridad para nosotros, este apartado hace referencia a la forma de ser tratados, hace referencia a su cuerpo, etc.
4 Escúchalo con atención y refuérzalo cuando te diga lo que le sucede: aliéntalo y felicítalo cada vez que te cuente las cosas… “me encanta que me hables de esas cosas”, “me gusta que confíes en mí para hablar de eso”.
5 Fomenta su libertad de pensamiento y potencia su independencia: Deja que tome sus propias decisiones y respétalas, eso lo ayudará a ser más autónomo y decidido, así no “quede perfecto” lo que termine haciendo…
6 Valora su opinión: Recuerda que tú no te la sabes todas… es importante que sienta que sus palabras tienen peso, esto le ayudará a sentirse EMPODERADO (seguro) y también se atreverá más a expresar sus ideas.
7 Busca tiempo y espacio para escuchar: Hay que buscar los momentos para conversar de forma distendida, cercana y amena… en ese lugar y tiempo se expresarán las opiniones y los sentimientos sobre lo que acontece en la familia.
M. Tello | Panorama