Eduardo López Sandoval / Crisis Venezuela

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Este escrito ha tenido la extraña virtud, ¿virtud dije?… Bueno, para decir lo menos, …tuvo la virtud de hacer una nítida fotografía de mis vísceras:

Con este comentario reenvía nuestro viejo amigo viejo, Ramonote Mandefuá, el artículo firmado por Francia Andrade, un Gazapo que no se hace viral entre los usuarios de las redes sociales. (Recordamos que el viejo Profesor de Historia de Venezuela, jubilado, jocoso sigue a los llaneros que a la red WhatsApp la llaman Gazapo).

 El escrito dice así: “EL INSILIO…, ese estado de enajenación que experimentan los ciudadanos que se quedan. Algunos lo hacen por miedo a salir de su zona de confort, más vale malo conocido que bueno por conocer, otros; porque no tienen dinero para comprar un boleto hacia el exterior y una gran parte, porque sus lazos afectivos se lo impiden. / En fin, cada quien construye su propio muro de Berlín para quedarse de este lado: papá, mamá, hermanos, amigos, un trabajo de toda la vida, las mascotas, la urbanización, el barrio, las arepas. Son muchas las razones para salir corriendo, y también son muchas para quedarse. / Pero el insilio no es un estado anímico que viene de gratis. Es un encierro psicológico que lo crea el propio orden político y por supuesto económico, porque ese mismo sistema comienza a cerrar las puertas y a cercenar las libertades individuales de los ciudadanos. Y así, comenzamos por la lista Tascón: no tienes derecho al trabajo si firmaste. La hegemonía comunicacional: no puedes escuchar ni ver los canales que te gustan. Los altos impuestos aeroportuarios: si tienes para el boleto te quedas sin nada para cuando llegues a tu destino y ahora más recientemente los CLAP: no tienes derecho a la alimentación si antes no te has registrado en el Consejo Comunal, debes sacar un carnet, sin ese carnet, no te venden la comida. El pan hay que comprarlo a determinadas horas porque si no, NO HAY NADA DE PAN, reza en los letreros de las panaderías. Y esto último recuerda al poeta Ramírez Requena en los siguientes versos: Terminas la cerveza y te levantas/ dejas el dinero/ y haces que vas al baño. “No hay agua” dice/ el letrero/Bajas la cabeza y al salir, sabes que nadie te mira/Como si no pertenecieras ahí, y no hubieras/ bebido y pagado tu cerveza. / El insilio más que ostracismo, implica un sentimiento de pérdida, es la sensación de no pertenecer a ese mundo impuesto, es no encajar en los esquemas y sentirse excluido dentro de su propio territorio, es pues, sentirse tragado como los hijos del padre  Saturno.” 

El reenviado artículo y el comentario hecho en las redes por el profesor Ramonote es excusa para que nos reunamos y abordemos el espinudo tema que es el título del presente. ¿El lugar? …el porche de su casa. Al vernos obsequiado con un humeante café servido por la Doctora en Educación, esposa de nuestro anfitrión, comento -como enterado:

-Vamos a tomarnos una colada como la de Páez en esta Mesa de Calabozo…

A lo que muy educado el Profesor corrige:

-Si te refieres a lo que escribe Ramón Páez, el hijo del Catire Páez, lo que realmente dijo es “colación” para referirse a la taza de café que se tomaron aquí, a cientos de metros de este lugar donde nos tomamos, como tú dices, esta colada…

 Y el profesor cortamente levanta su dedo índice, señala la orientación donde estuvo este ciudadano venezolano el siglo antepasado.

 Empiezo a arrepentirme de la ocurrencia, el viejo abre un libro, que como siempre en estos casos parece que ya lo tenía en la mano, y lee el título:

-ESCENAS RÚSTICAS EN SURAMÉRICA O LA VIDA EN LOS LLANOS DE VENEZUELA, es un texto escrito por Ramón Páez, hijo del héroe de la guerra de Independencia de Venezuela, el Catire Páez, texto que fue originalmente escrito en inglés con el título, Wild Scenes in South América or Life in the Llanos of Venezuela. La primera edición fue publicada en New York en 1862 …

 El tema de la opinión del Profesor acerca del título, la solución a la crisis en Venezuela, parece aplazarse, sigue:

-Ramón, como tú, se llamaba el hijo del Centauro, era un joven con inquietudes por las ciencias naturales, especialmente por la botánica, Páez es en esta temprana mañana de mediados del siglo XIX un político con propio peso y densidad. De hecho, es el padre de la patria en cuanto a Nación independiente de España y de Colombia se refiere, es un político con presencia que trasciende a sus días, más aún es relevante su presencia en estos Llanos en la plenitud de su vida, en 1842, cuando hacen un recorrido por estas sabanas.

Sorbemos el café como si estuviéramos con el Catire Páez cuando el viejo lee:

– “Allí estuvimos el tiempo necesario para cambiar nuestros empapados trajes, y compartir una colación preparada en la residencia de verano de un viejo soldado de la Independencia.“.

Termina Ramonote comentando:

-No destaca el autor el grado con el que participó este soldado en la Guerra de Independencia, tampoco dice el nombre.

 Ahora sí, la crisis.

-Venezuela está entrampada entre el Gobierno y la Oposición. Ellos han manejado la cuestión política por veinte años, ellos no son la solución, al contrario, son el problema…

 Pero mucha gente habla de la unidad… -acotamos.

-Ese es el mismo problema, ¿unidad alrededor de quién? Aunque nadie lo comenta todo el mundo la sabe, la razón por la cual no ocurre una intervención militar extranjera: es porque no se tiene resuelto qué van a hacer el día después…

Cuando el Profesor dice “el día después” le brillan los ojos de Colón descubriendo al Nuevo Mundo…

-Por cierto, en esta Venezuela podemos, como en la Segunda Guerra Mundial, tener nuestro propio Día D. Las fuerzas militares vienen y la sola presencia resuelve el problema militar, “desalojan” al Interfecto, okay, pero a quién “alojan” en el Gobierno.

Estas fuerzas de ocupación tienen su inteligencia militar que seguro almacena la información que dice que el Parlamento Nacional no hizo quorum cuando tuvo la oportunidad de oro de nombrar un nuevo CNE.

Seguro tienen el video donde uno de estos “opositores”, del llamado partido Primero Ja,  lo filmó quien lo compró como a un cochino en el Llano Colombovenezolano, y la película la vio el mundo en el Parlamento anterior, sin embargo, hechos como estos, que pasan en el mundo con más o menos frecuencia, pero que en los países donde se descubre  significa la muerte política del comprado, y algunas veces el suicidio,  aquí no, este interfecto, sale detrás del líder “opositor” presidenciable que declara ante las cámaras, detrás siempre, como en posición de futuro Ministro…

– ¿Y entonces?

El camino es largo, hay que construir una nueva Oposición, que enfrente a la dupla en el poder por estos veinte años. Seguir con los mismos es porfiar a Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

Eduardo López Sandoval 

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