La democracia no puede existir sin partidos políticos, y por ello, en los ordenamientos constitucionales de todas las democracias avanzadas aparece ésta figura en un lugar preeminente.
En nuestro país, existen varios partidos políticos, algunos históricos y otros de reciente data, lo que indica la necesidad y la disposición de los ciudadanos de pertenecer y creer en los fundamentos ideológicos de estas organizaciones.
En un episodio de nuestra historia política reciente, se utilizó con mucha fuerza mediática el ataque contra los partidos políticos generando una grave daño que hoy por hoy padecemos.
No se puede confundir las exigencias coyunturales que la sociedad civil demanda de éstas organizaciones como un ataque a la institucionalidad, al contrario, es un reconocimiento de su importancia. Si no se reconociesen y se estuviese claro su papel primordial como medios idóneos y naturales para el cambio político que demandamos, no se tuviese la preocupación y seguimiento constante de sus actividades e invitaciones para el accionar cohesionado.
En el contexto político actual, surge la figura del Frente Amplio Venezuela Libre como el vehículo articulador y comunicacional entre sectores fundamentales para robustecer el trabajo colaborativo con el firme propósito de alcanzar el objetivo superior que no es otro que el de terminar con este régimen. Confluyen en él los partidos políticos, la sociedad civil organizada y la disidencia. Ha sido un músculo fuerte que en muchos momentos ha puesto al usurpador contra las cuerdas.
De igual forma, todos, absolutamente todos los demócratas de éste país reconocemos el valiente trabajo de nuestros diputados a la Asamblea Nacional. No es fácil exponer la vida y muchas veces la de los suyos, por defender el bienestar colectivo y la causa democrática. Muchos han tenido que pagar con cárcel y otros se han tenido que auto exiliar por enfrentarse con vehemencia al régimen.
Existe la firme voluntad de trabajar en unidad. Cada organización política está haciendo lo suyo, fortaleciéndose y estructurando mecanismos de lucha. Los gremios, los sindicatos y asociaciones están haciendo lo propio. La suma de todos estos esfuerzos se traducirá en cualquier momento en el fin de la usurpación.
Quienes se prestan al divisionismo, juzgando el normal y necesario debatir político como malestar interno, están equivocados. Hay suficiente conocimiento de causa,voluntad y madurez política para entender las razones que motivan a malsanos comentarios que intentan sembrar matrices de opiniones negativas.
Hacemos un llamado a la sociedad civil organizada, para que valore sus fortalezas, se cohesione y articule con las instituciones partidistas. Es necesario trabajar en unidad, haciendo propuestas, acompañando y proponiendo, motorizando para alcanzar, como un movimiento monolítico democrático, el quiebre del régimen y el inicio de un nuevo amanecer lleno de esperanzas y oportunidades. Seguimos en la lucha.
Jesús Lárez
