Caracas.- Trabajadores en el Arco Minero del Orinoco, una de las áreas más ricas en recursos minerales de Venezuela, están sometidos a graves abusos y violencia. Así lo dice un informe presentado este miércoles ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Según el documento, esas situaciones han causado al menos 149 muertos desde 2016, en el mencionado territorio.
La investigación fue expuesta por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. En ella se destaca que los mineros de la zona están atrapados en un contexto generalizado de explotación laboral y altos niveles de violencia.
El informe indica que la mencionada situación es generada por grupos criminales que controlan las minas en el área, apodados como “sindicatos”.
“Las autoridades no han podido investigar y llevar a juicio las violaciones de los derechos humanos” que allí ocurren, subrayó Bachelet.
“A pesar de la considerable presencia de fuerzas militares y en la región, y de los esfuerzos realizados para abordar la actividad criminal”, agregó.
Una tiranía en las minas
El informe indica que esos “sindicatos” aplican castigos crueles a quienes infringen las reglas que ellos imponen. Además, sacan beneficios económicos de todas las actividades en las zonas mineras, incluso recurriendo a prácticas de extorsión a cambio de protección.
Mantienen actividades ilegales y el control de la zona, donde deciden quién puede entrar o salir, a través de un sistema de corrupción y soborno. Dicho sistema incluye pagos a comandantes militares, añade el documento.
Éste también detalla las pésimas condiciones de vida de muchos de los mineros, en su mayoría procedentes de otras regiones venezolanas. Muchos de ellos, empujados a emigrar por la crisis económica en el país.
Trabajan en turnos de 12 horas, descendiendo a los pozos sin protección alguna, y están obligados a pagar entre 10 y 20% de lo que obtienen a los grupos criminales, a lo que debe sumarse hasta 30% para los propietarios de molinos donde se trituran las rocas para extraer minerales.
El Arco Minero del Orinoco cuenta, según estudios, con al menos 7.000 toneladas en reservas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales. Esa área minera está ubicada en el centro del país y repartida entre los estados de Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro
Los mineros allí viven en zonas sin agua corriente, electricidad o servicios sanitarios. De hecho, se ha registrado un aumento de los casos de malaria no sólo entre inmigrantes sino también en comunidades indígenas locales.
El informe denuncia asimismo que niños, algunos menores de diez años, trabajan también en las minas. Además, que desde 2016 ha habido en la zona un fuerte aumento de la prostitución y la explotación sexual de mujeres, incluyendo adolescentes.
Manos amputadas como castigo
Las 149 muertes recopiladas en el informe fueron resultado de disputas por el control de las minas o por castigos impuestos por los grupos criminales. Entre los castigos que se mencionan en la investigación están, palizas, amputaciones de manos o hasta asesinatos.
El informe sólo contempla el registro de los últimos cuatro años.
Algunos de los cadáveres de trabajadores represaliados fueron arrojados a antiguos pozos mineros, denuncia la investigación. La cual señala que, en algunos casos las fuerzas de seguridad estuvieron implicadas en incidentes violentos.
Bachelet pidió a las autoridades venezolanas que tomen medidas para terminar con la explotación laboral y sexual, desmantelar los grupos criminales que controlan las actividades mineras, y castigar a los responsables de las violaciones de derechos humanos.
Con información de la EFE
