Venezuela después de tener 6 refinerías operando en el territorio nacional y 18 en otros países. Es decir, de poseer el complejo de refinación más grande del mundo. Con un nivel de exportación de 700.000 barriles diarios, pasó a ser el país con la más grande escasez de gasolina en el mundo.
Ahora, producimos muy poco. El régimen vendió muchas refinerías de las ubicadas en el exterior.
Hasta a Cuba le regaló una. Y estamos a punto de perder Citgo (ubicada en USA).
Además, por no brindarles mantenimiento a las que tenemos en el territorio estas se encuentran paralizadas.
La ubicada en El Palito (Carabobo), es la única que está medio operativa, con una capacidad instalada de 140.000 barriles diarios, y está produciendo tan solo unos 30.000 b/d.
Cuando escribimos está nota hay poca gasolina. La que trajeron los buques iraníes (1.500.000 barriles) tiene días que se agotó.
El gobierno después de regalar la gasolia y de permitirles a sus amigos el contrabando de combustible hacia los países vecinos, ahora mantiene a nuestros compatriotas haciendo largas colas para intentar colocar una gota de gasolina a precios exorbitantes. En San Juan de los Morros nuestros coterráneos llevan una semana en este sacrificio.
El consumo ha bajado, por la cuarentena, la diáspora y los aumentos de precio, ubicándose en unos 140.000 b/d. De tal manera, que para cubrir la demanda interna, ahora, por la irresponsabilidad del gobierno, hay que importar 110.000 barriles diarios. Es decir, 18 millones de litros de gasolina (un barril igual a 158,99 litros).
Nadie entiende cómo un país con las mayores reservas petroleras del mundo no produzca gasolina.
Cómo es que hoy estemos dependiendo de tres barcos de Irán, y por el combustible de contrabando que llega de Brasil y Colombia para mover nuestro parque automotor.
Esta locura tendrá su impacto en el transporte público y en la movilidad de los bienes, es decir, habrá “más gasolina “para la inflación y la pobreza.
Máximo Blanco * Economista y político guariqueño
