Casi el mismo día se nos fueron dos símbolos de la llaneridad venezolana: el General Raúl Isaías Baduel y el Médico Veterinario Alejandro Camero.
Ambos de esa franja fabulosa que se alarga desde el pecho guariqueño hacia esa frontera fluvial que nos une con la selva: Las Mercedes del Llano y Santa Rita de Manapire.
Los recuerdos más refrescantes con ellos santiguados por esa región: al primero en Cocuiza, inaugurando un puente sobre la quebrada de Mata de Juajua, por donde fue maestra Clarita, la hermosa mujer de donde provenía.
Y el segundo recorriendo la carretera de Palenque a Las Mercedes, surcando alambradas hasta dar con el cementerio de los telegrafistas condenados por Gómez.
El primero, luego, en su celda de Ramo Verde donde nos cuenta el origen de un martirio que ahora tiene lamentable desenlace.
El otro en los pasillos de la Unerg desvelándose por la necesidad de una academia que se asemeje a la UCV donde ejercía.
Ahora sus almas velan, sobre la misma tierra, donde su fiera raza ama, resiste y confía, como, más o menos, refiere Gallegos.
Adolfo Rodriguez / Tomado de https://www.facebook.com