Caracas.- Ana Contreras, presidente del Colegio de Enfermeros del Distrito Capital, durante el foro De cuna de oportunidades a país de emigrantes, informó que 1.200 profesionales de la Enfermería en Caracas han solicitado documentos para emigrar en lo que va de año, por la crítica situación que padecen.
“Es una estampida de profesionales que se van, los hospitales se quedan solos. Se nos va el futuro, la salud, el país. ¿Qué pasará con los enfermos que no se puedan ir? Se van a morir”, dijo.
Contreras señaló que la situación respecto a la migración de enfermeros es más aguda en Táchira, que al ser un estado fronterizo permite mayor facilidad para salir al país vecino.
“El Hospital Central de San Cristóbal está a punto de un cierre técnico por el éxodo del personal, y es que en Colombia un enfermero gana 1 millón de pesos. Ellos consideran irse por la apocalípticas condiciones en las que viven y trabajan”, indicó.
Además, Contreras manifestó que el déficit de estos profesionales se evidencia en la red hospitalaria nacional, que no cumple con los estándares requeridos de personal.
“En los hospitales del país hay solo 2 enfermeras por cada 40 pacientes, cuando debería haber 1 enfermera por cada 4 pacientes. Cada vez hay menos personal hospitalario”, dijo.
El éxodo de profesionales calificados, que se ha agudizado en el último año, afecta a los distintos sectores productivos del país. Hernán Matute, profesor universitario, durante el foro contrastó los precarios sueldos que perciben los catedráticos en el país en comparación con los de naciones vecinas.
“En Manta, Ecuador, los profesores universitarios venezolanos ganan 3.000 dólares, mientras que los de aquí no cobran ni 9 dólares. Los nuestros son profesores con una formación que financió el Estado, entonces ¿quién pierde?”, interrogó.
Se refirió, además, al éxodo de alumnos. “Mis secciones en la UCV no pasan de ocho alumnos por salón. Cuando entras a un aula y ves solo a cinco estudiantes se te parte el alma”.
Las características migratorias del venezolano han cambiado con la agudización de la crisis que atraviesa el país. Del año 2000 al 2014, la tendencia indicó a un emigrante de clase media alta con destino a países desarrollados. En ese período, la proyección es de 1.5 millones de venezolanos en el exterior, informó Claudia Vargas, socióloga.
Entre 2014 y 2017, por la coyuntura de las protestas y el agravamiento de la crisis general, la cifra se incrementó a 2.5 millones de personas, ahora con destino a países de la región. “En este lapso la migración se volvió una necesidad, ya no se relaciona con el estrato socioeconómico del emigrante”, dijo.
En la actualidad han viajado con menor planificación aproximadamente 3.5 millones de personas. “Es una migración desordenada y forzosa. Tienes miedo, angustia, te ves forzado a salir”, señaló Vargas.
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