Misión Vivienda en España y las desventuras de Ledezma
En hora buena para el muñequito de torta Antonio Ledezma las hijas de él están aparejadas con dos hombres vinculados a negocios raros o turbios con el “chavismo”, Luis Fernando Vuteff García y Andrés Izarra, este último Walter Martínez lo acusó de desfalco durante su paso por TeleSUR.
La pareja de Antonietta Ledezma Capriles, fue detenido en España durante la Operación Carabela, vinculado con el caso de blanqueo de capitales procedentes de Venezuela, por el cual detuvieron también al exministro de Energía Eléctrica del gobierno de Hugo Chávez, Nervis Villalobos. Par de choros de ¿cuello blanco?, no, camisas bien sucias.
El tal Nervis Villalobos al percatarse del tremendo éxito de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) decidió abrir en España una misión de este tipo no apta para patas en el suelo, afortunadamente en el marco de la Operación Carabela el juzgado 41 de Madrid embargó una urbanización de lujo con más de 40 villas en Marbella (Málaga) y 115 propiedades más de él; construyó una mansión en la lujosa urbanización La Moraleja (Alcobendas). La acción de la justicia se debe que para construirlas, según la Fiscalía Anticorrupción de España, había blanqueado dinero.
Nota para los cándidos, no es que metió el dinero en una lavadora o en un tobo de cloro y salieron blanquitos. El lavado de dinero (también conocido como corrupción, lavado de capitales, lavado de activos, blanqueo de capitales u operaciones con recursos de procedencia ilícita1 o legitimación de capitales) es una operación que consiste en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades legales y circulen sin problema en el sistema financiero.
Nervis Villa-lobos, como buen chacal, se embolsilló el dinero del pueblo y para justificarlo construyó su propia GMVV en España. Amasó un importante patrimonio inmobiliario a la sombra de la corrupción.
Por su parte, Luis Fernando Vuteff García, yerno del fugitivo opositor venezolano Antonio Ledezma, fue detenido en España en medio de la Operación Carabela contra el blanqueo de capitales provenientes de la corrupción en Venezuela. Este argentino es el administrador de la gestora de capitales Columbus One que proveía servicios de blanqueo de capitales a exfuncionarios y contratistas de PDVSA desde España a través de inversiones inmobiliarias y hoteleras.
Podría intuirse y comprenderse por qué el prófugo Ledezma decidió como destino España luego de burlar la casa por cárcel en Venezuela.
Pero lo que no comprendemos es la conducta que asumió cuando se hizo pública la Operación Carabela que vincula a su amadísimo yerno. Como si se tratase de él como involucrado declaró: “Nuestra conciencia y hoja de vida están inmaculadas. Confío en que el curso de la justicia que adelanta investigaciones colocará la verdad por encima de patrañas. Nuestra lucha es pulcra: Ni un pasaje, ni un arrendamiento, ni un café, le debemos a nadie”.
Toñito se pone delante de la carreta e inicia una huida hacia adelante cuando dice: “No estoy involucrado en nada de lo que pueda abochornarme (…) En ningún caso se debe inferir de esta situación el que yo haya participado, me haya lucrado o haya tolerado ningún tipo de manejo indebido, ilegal o inconveniente”.
La guinda de la torta la pone cuando expresa que el Gobierno “le cobra, le factura” todas las acciones que ha emprendido desde el exterior.
Comentó que “no tiene ninguna mancha ni en el alma ni en la conciencia, porque no estoy involucrado en nada que pueda abochornarme…”
“Me están cobrando lo de Puerto Rico, lo del viaje a Canadá de ir a buscar el apoyo, me están cobrando toda la lucha democrática”.
No se entiende por qué Toñito aclara si el implicado es su yerno, lo sensato es que no aclare porque oscurece. ¿Qué le cobra el gobierno de Maduro si es la justicia española quien investiga? ¿Por qué su nerviosidad?
Lo que debe explicar ¿de dónde saca euros para vivir como un rey en España?
Nos hace recordar a “El hermano Cocó” de Radio Rochela: “Yo no toco ese cochino dinero, yo lo gasto”.
Que no tiene manchas sí parece un dálmata.
En su conciencia suma una mácula que le brotó cuando fue gobernador del Distrito Capital (Caracas) al agredir con la policía a los abuelos y abuelas de la Patria que protestaban por el cobro de sus pírricas pensiones.
De complicarse la Operación Carabela dirá que es un perseguido del rey.
Risible es que el Tribunal Supremo Jodedor (TSJ) en el exilio lo nombró Presidente de Venezuela en el destierro con la anuencia de la payasita Ni Fu Ni Fa, la fiscal general en el ostracismo, Luisa Ortega Díaz. Otra mancha para Toñito (que palabra brotaría si sustituimos la T por una C). ¡Vuela imaginación!
La imagen que acompaña este artículo (arriba) se tomó cuando demostraba el tamaño de la cag… que puso su yerno por zoquete al dejarse descubrir como corrupto y su propia autocag… al envolverse en esta madeja de corrupción.