* Venezuela no está sola sino bien acompañada. El viernes 12 de octubre la Vinotinto sostuvo un encuentro amistoso con el País Vasco en suelo europeo, donde cientos de fanáticos apoyaron a ambas selecciones.
Uno de los episodios llamativos de la jornada fueron las pancartas en apoyo a Venezuela; en una de ellas se veía los ojos de Chávez y la otra rezaba “Pa Lante Venezuela”.
La viceministra de Relaciones Exteriores de Namibia, Christine Hoebes, expresó su solidaridad con el pueblo venezolano y rechazó categóricamente cualquier intento de intervención extranjera contra la nación bolivariana.
* Caso Albán. La manera en que evolucionan los acontecimientos alrededor del suicidio cometido por el concejal y militante de PJ, Fernando Albán, revela un trasfondo que busca capitalizar políticamente su muerte por parte de dirigentes opositores.
Doble moral. La pérdida de una vida humana es lamentable. Lo que resulta asombroso es la cantidad de pronunciamientos de políticos de la oposición para que sean esclarecidas las circunstancias del caso, lo cual es perfectamente deseable, pero resulta sorprendente es la ausencia de pronunciamientos de esos mismos actores políticos en contra de una eventual agresión militar a Venezuela. Una intervención militar provocaría una cantidad incalculable de muertes de venezolanos inocentes y consecuencias imprevisibles para toda la región. ¿Es que la muerte de inocentes no moviliza la conciencia?
* ¿Se suicidó o inmoló? Una evaluación de perfil psicológico del concejal efectuada por especialistas independientes y que divulgó el portal La Tabla, reporta que en su teléfono móvil había vídeos pornográficos
Fernando Albán no se suicidó sino que se “inmoló” con el fin de que su muerte fuera un sacrificio para el bien del país.
Su muerte por lo tanto respondería a la pretensión de, como Cristo, convertirse en el “Salvador” de Venezuela y obviamente de su entorno más cercano, incluyendo a su familia.
Su fallecimiento, tal como ocurrió, lo ha hecho realmente un “mártir”, un destino que lo ubica al mismo nivel que los fundadores del cristianismo.
Debe recordarse que Albán era un ferviente practicante religioso que estaba estrechamente relacionado con los sectores más conservadores de la cúpula católica venezolana y mundial.
Adicionalmente, pese a su activismo religioso, el concejal y dirigente de PJ podría tener una “vida oculta” por la cantidad de vídeos pornográficos localizados por la policía en su teléfono móvil, según la información obtenida por La Tabla. Si bien no se detallaron las características del material la búsqueda se orienta a contenidos de prácticas de pedofilia.
La revelación de la posesión de dicho material en un proceso judicial pondría en severo cuestionamiento su reputación y prestigio entre familiares y allegados, y sería un motivo para evadir tal situación optando por una inmolación.
La investigación adelantada ha precisado que Fernando Albán actuaba como una especie de gestor y facilitador de trámites legales y financieros para algunos componentes de la diligencia católica en el país y para el propio Julio Borges.
Entre esas tareas estaba el pago de colegio de Borges y la cancelación de la matrícula de la universidad dónde supuestamente cursa estudios el dirigente político.
En estas gestiones participa el padre Arturo Sosa, máxima autoridad mundial de la Compañía de Jesús.
En Venezuela ya se han hecho públicos sus estrechos nexos con el arzobispo (emérito) de Caracas, el Cardenal Jorge Urosa Savino, quien comenzó a abogar por su libertad desde el momento de su aprehensión. Tal comportamiento, incluso por razones prácticas, no es habitual.
Albán también era muy cercano a monseñor Fernando Castro Aguayo, actual obispo de Margarita y hasta agosto de 2015 obispo auxiliar de Caracas.
Nos encontramos el próximo jueves.