Mucho antes de la conquista y colonización en la amplia superficie de la actual América, estuvo presente la vida animal.
Los aborígenes americanos dan especial importancia a la fauna y están familiarizados con ella.
Los Incas desarrollaron la ganadería, a base de la Llama y Alpaca, mientras en otras regiones como en Venezuela, la caza, la pesca y la recolección de plantas y frutos constituían actividades básicas para la alimentación.
La agricultura era incipiente. El indígena, conocedor con exactitud de las costumbres y comportamiento de los animales que viven en sus territorios, nociones importantes para la supervivencia de ambos.
Desde el ángulo mágico-religioso, los indígenas guardaban gran respeto por los animales, no asumieron un dominio sobre ellos, como ocurrió en Europa y Asia.
El perro acompañó al indígena, llevaba un nombre, cuando se enfermaba recibía los beneficios de las curas del chaman y a su muerte, el animal recibía honores. No obstante, ninguna especia animal era considerada sagrada e intocable.
El perro fue el primer animal en aparecer en el Registro Arqueológico de América, es muy posible que acompañase al hombre en su migración desde Asia hasta América.
En las cuevas de los Andes peruanos, aparece el perro 6.000 años antes de Cristo (a. C.). En Carúpano, Venezuela, se tiene evidencia de su domesticación, tal como se reporta en los yacimientos del Cuartel, y Puerto Santo, con fecha de 400 años después de Cristo (d.C.). El médico y notario público del segundo viaje de Cristóbal Colón, reporta que el perro es un animal propio de las tierras bajas de Centro y Suramérica.
Mediante la caza y la pesca los indígenas suplen los requerimientos proteicos. La carne del araguato, báquiro, chigüire, danta, lapa, perro de agua, picure, zorro, rabipelado, venado, traga venado, baba, caimán, Iguana, morrocoy, tortuga, cachicamo, tigre, puma, Cunaguaro, entre otras especies. Se beneficiaban también de sus pieles. La pesca de la cachama, corocoro, mero, bagre, caribe, roncador, almejas, calamar, chipichipi, guarura, guacuco, mejillon, pepitona, ostra, camarones, cangrejos, quigua, langostas, jaiba, entre otras especies, eran otras fuentes de proteínas.
La domesticación y caza de aves como: alcaraván, garza, guacharaca, guacamaya, paují, pavo real y turpial, aportaban carnes.
Algunos insectos como los bachacos son utilizados como aderezos y complementos nutricionales.
Esta armoniosa relación entre el indígena y la fauna autóctona, sufre su primera alteración, con la irrupción violenta del “conquistador” acompañado de briosos caballos andaluces o moros, furiosos perros dogos y fuertemente armados, impusieron el terror sobre las tribus.
San Juan de los Morros, 12 de Octubre del 2.021
Félix E. Wilson E. /Médico Veterinario. Col. Vet. Guárico No 125
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