Teobaldo Mieres fue un hombre genial que hizo vida en el corazón de Venezuela, nació en Güigüe, población del estado Carabobo en 1894. A San Juan de los Morros llegaría como telegrafista en 1917, luego se enamoraría de la bella Isabelita Heredia, se casaron y tuvieron tres hijas.
Mieres compró a un italiano –Antonio Bartolelli– el primer cine del lugar, cine San Juan, ubicado en la Calle Real. Por la época, dicho cine era mudo, pero luego pasó a sonoro y finalmente al cine parlante.
Este hombre también hacía actos de magia, promovía fiestas, tocaba cuatro y guitarra, cantaba rancheras, e incursionó en política a comienzos de los años cincuenta.
Sus Actividades
Su genialidad continuó, y así escribió poesía humorística e himnos militares, diseñó y ganó por concurso el escudo del distrito capital Juan Germán Rocío, Sería además autor de una ofrenda a San Juan, historia comarcana en versos, publicada en 1964 bajo el título “Canto a San Juan de los Morros”.
Aunque eventualmente se residenció en Caracas, por más de medio siglo recorrió más de 100 kilómetros cada semana. Todo para poder combinar la vida familiar en la capital de la República, con la bohemia en San Juan de los Morros. Después de todo, era buen catador de vinos, amigo de la cerveza, ron y whisky, además de preparador de güarapitas y muchas otras bebidas espirituosas.
En una pintoresca faceta, Teobaldo Mieres fabricaba globos multicolores que lanzaba a los cielos en tiempos de fiesta de San Juan y navidad. En medio de gente que lo amaba, con aplausos, en la iglesia o en las colinas de la estatua gigantesca de San Juan el Bautista.
Mieres murió en 1984, dejando un gran vacío en la vida local, especialmente en la llamada la “Tasca del Pueblo”, de la cual fue cofundador.
Como homenaje, a mediados de los ochenta fue construido un mirador en un cerro al suroeste de la ciudad, se le llamó “Mirador Teobaldo Mieres”.
Todavía hoy se recuerdan las ocurrencias de este hombre genial. Su voz cantando rancheras a todo pulmón, en las ventanas, de madrugada, en las plazas, en casas de familia, en reuniones, fiestas, encuentros y reencuentros. Teobaldo genial e Inolvidable.
Escrito por Argenis Ranuárez / Tomado de Crisol de América