Se aproxima el Primero de Mayo, fecha insigne para la clase trabajadora, quien espera con muchísima expectativa, el tan anhelado anuncio oficial, que confirme el incremento del salario mínimo (sueldo base).
Y lo más importante, el tradicional impacto en la tabla salarial con todos sus beneficios, en mi opinión, es el deber ser, OJO, no cuestiono la figura de bonificaciones, como estrategia para complementar el ingreso, sobre todo si revisamos con seriedad y objetividad, el contexto económico, en el cual se estarían dando los anuncios, en una Venezuela asediada y boicoteada en su capacidad de comercialización a nivel internacional, con estas mal llamadas “sanciones” que no son más que una brutal, grosera y criminal injerencia y atropello a nuestro pueblo y su soberanía.
Pero aún así, aun reconociendo las adversidades en el plano económico, el Gobierno debe conseguir un equilibrio, entre el salario con todas sus incidencias; vacaciones, aguinaldos, prestaciones sociales, entre otros (El resultado de una lucha histórica) y la bonificación, que también ayuda.
Pero seamos claros, se necesita que los trabajadores vayan recuperando, paulatina y progresivamente, su capacidad adquisitiva, no con bonos, sino a través del fortalecimiento del salario integral.
Medidas para defender el salario:
Existe la preocupación colectiva, que tan pronto se aumente el sueldo, se desatará una ola de incrementos de precios de los productos y bienes de consumo. Ahora yo pregunto, ¿Por qué?
La verdad, verdadera es que no estamos en las condiciones de aquella experiencia, donde el Gobierno anunció un incremento del salario 30 veces, léase bien, 30 veces por encima del que tenían en ese momento, acompañado de una reconversión monetaria, y que llevó al mismo Gobierno, en ese entonces, a subsidiar por tres meses la nómina del sector privado, dado la magnitud del impacto, que ese incremento representaba.
Pero en la actualidad, el sector privado, lejos de verse afectado, más bien sale beneficiado, ya ellos vienen pagando a sus trabajadores, mucho más de lo que gana el servidor público, y es muy probable, que ni con el nuevo aumento a la nómina gubernamental, éste (funcionario público) alcance lo que en el sector privado se está pagando.
Es decir, sería absurdo, que una empresa privada o un comercio, exija incrementar precios, cuando su nómina, NO será impactada por dicho aumento.
Por eso reitero, sale más bien beneficiado, el sector privado, porque el único patrono que debe desembolsar una cantidad considerable de plata, es el Gobierno.
Esto llevará al servidor público, a tener más capacidad de compra y en consecuencia a demandar más bienes de consumo, incrementando de manera natural, ojo, sin necesidad de recurrir a la especulación, las ganancias en ese sector.
La propuesta:
Por todo lo expuesto, queda claro, que el principal esfuerzo de nuestro Gobierno, una vez realizado el aumento salarial, es luchar contra las malas mañas y viejos vicios, que lamentablemente albergan, buena parte del empresariado nacional, incluyendo claro está, a los comerciantes, quienes al ver el auge dentro del torrente económico, buscarán implementar sus “estrategias” para captar de mala manera (eso es lo cuestionable) buena parte de ese recurso.
La mejor arma ante ésta amenaza, sería la comunicación, la supervisión, y sobre todo, la conciencia colectiva, de un pueblo que sepa evaluar la razón y origen de cada problemática, que sea capaz de identificar y distinguir, entre el aliado y el enemigo. Sólo así, saldremos adelante.
Ruego a nuestro DIOS TODOPODEROSO, para que así sea.
Desde aquí fuerte abrazo!!
Arturo Suárez militante del PSUV