Caracas.- El cine venezolano no solo lo hacen sus directores, guionistas, actores y técnicos. También lo construyen quienes desde la lejanía que impone la decisión de migrar, luchan con todos sus ánimos para que en otros países, en otras ciudades del mundo, se conozca una pequeña parte de las historias y las imágenes que nos cuentan, nos describen y nos definen.
Eso es lo que han hecho los organizadores de los festivales de cine venezolano que se han presentado en años recientes en Nueva York, Buenos Aires, Miami, Santiago de Chile.
Entre el 1° y el 5 de noviembre, la Ciudad Condal, Barcelona (España), se sumará a las plazas extranjeras donde el cine venezolano se ha dejado ver. Allí, en la capital de Cataluña, se realizará la primera edición del Venezuelan Film Festival in Barcelona, producido por Maravilla, una organización independiente con sede en Nueva York dedicada a crear conciencia sobre América Latina y sus pueblos a través del cine y las artes, con una serie de iniciativas que incluyen el Festival de Cine Ecuatoriano de Nueva York y el Festival de Cine de Venezuela en Nueva York.
Esta primera muestra de cine venezolano en Barcelona se realizará en la Sala Ón Barcelona, de Carrer Nàpols, 305, donde se proyectarán siete largometrajes: Azul y no tan rosa (2012), de Miguel Ferrari; el documental de Carlos Oteyza CAP 2 Intentos (2016); Paquete #3 (2015), de Alfredo Hueck; La casa del fin de los tiempos (2013), de Alejandro Hidalgo; la cinta de corte experimental Ann (2016), de Carla Forte; Backseat Fighter (2016), de Mario Pagano, y como cierre de la muestra, la exitosa cinta de Luis Carlos Hueck, Papita, maní, tostón (2013).
Los hoteles chic&basic Velvet (Carrer Consell de Cent, 74) y Born (Carrer de la Princesa, 50) servirán de subsedes para la proyección de cortometrajes, que en total son 14 de diferentes nacionalidades. Entre los cortos locales escogidos para la muestra está la comedia sarcástica Carne con papas, de Luis Rahamut.
Fuente
Juan Antonio González
