CHAMOTETAS/ Mira cómo este venezolano progresa fuera de su país

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Sin importar en lugar en el que se encuentren, los venezolanos tienen el toque de resaltar gracias a la entereza, empeño y calidez humana que los caracteriza; de allí nace esa necesidad de demostrar la capacidad para enfrentar diversas situaciones y construir caminos que los conduzcan al éxito.

Kelvin Castillo de 29 años de edad, hijo, hermano, esposo y padre; oriundo de la ciudad de Barquisimeto estado Lara, quien en Venezuela se desempeñaba en publicidad, marketing comercial y una amplia variedad de oficios.

Kelvin no escapó de la difícil situación por la que atraviesa el venezolano y se vió en la necesidad de ampliar sus metas a otras fronteras, su destino,  y actual residencia es la República del Perú, a 1970 kilómetros de distancia de su acogedor hogar.

 Llegó a las tierras andinas trabajando en lo que saliera, como se dice en Venezuela “matando tigritos”, pero eso no le impidió plantearse nuevos proyectos que le ayudaran a incrementar sus ingresos, pues valiéndose de sus conocimientos como publicista, con el apoyo de su esposa Yorexi Frías, su hija de 6 años Leireth Castillo y su pequeño hijo de tan solo meses Elahim Castillo; Kelvin decidió emprender un pequeño negocio.

Negocio que goza con la principal herramienta para surgir, las ganas y el empeño; esta familia con tan solo 1 año de haber llegado al país andino,  ofrece a la población peruana las tradicionales tetas Venezolanas  “son tan criollas como la arepa,  quien no se haya comido una teta al salir de la escuela, en el liceo, en la bodega de la cuadra, la de la señora de la esquina, el que no lo haya hecho no es venezolano” dijo este. 

La chispa para emprender este negocio llamado, “CHAMOTETAS” con el eslogan ¡Na guara! que Ricas! de acuerdo a lo expresado por el emprendedor venezolano, surge debido a la aceptación que han tenido algunos productos venezolanos en el paladar peruano, particularmente en el distrito del Agustino, donde vive Kelvin, el venezolano notó que no se vendían tetas y debido a la próxima llegada del verano en dicho país, el cual se caracteriza por ser inclemente con altas temperaturas; a este creativo y vivaz joven se le ocurrió “hacer tetas” … “para traer un poquito de los recuerdos de nuestra Venezuela cuando comprábamos y nos sentábamos a comer tetas” explicó.

Para Kelvin logró el dinero para  congeladores y la materia prima de calidad. En este negocio que comienza a surgir, no solo trabaja kelvin y su familia, con el tiempo se ha ido incorporado su hermano Walter Morales y su cuñado Geninyer Pineda.  

 Explica, que poco a poco se van sumando compañeros y paisanos a este proyecto con ganas de trabajar, dándoles la oportunidad de vender en sus tiempos libres o implementarlo como su trabajo durante el verano que está a la vuelta de la esquina.

Un negocio Visionario

Por supuesto como todo venezolano estratégico y visionario Kelvin Castillo aspira un crecimiento a escala de este proyecto, primeramente, ayudarse con los gastos, producir en los tiempos libres que tiene fuera de su trabajo, y a gran escala quisiera tener una producción para proveerle a los paisanos que no tienen trabajo fijo, ayudarles con la cava la publicidad, el producto y que salgan a vender, que generen sus propios ingresos; obteniendo así un beneficio mutuo.

A esto Kelvin le añadió “Esa es mi meta que espero se me de pronto, por ahora estoy promocionando el producto dándolo a conocer”.

Algo muy interesante que compartió, es la estrategia que utilizan para comercializar el producto, el venezolano comentó que la táctica que utilizan es la venta directa en la calle, la cual resulta muy divertida ya que tanto en Perú como en otros países “tetas” son los senos de la mujer, lo que genera curiosidad y hasta gracia, llevándolos a adquirir el producto y con gran sorpresa por la calidad y variedad en sabores quedan encantados.

Por último, Venezolano que se respeta, irradia positividad a través de sus actos, por eso este emprendedor, le dice a todos aquellos que se encuentran fuera del país “demos un buen ejemplo hagamos el bien sin mirar a quien, dejemos a Venezuela en alto, que cuando hablen de nosotros digan, mira cómo trabaja ese venezolano, porque es así, ya en otro país no somos Kelvin, no somos Pedro ni Juan, somos el VENEZOLANO, que nunca se rinde”.

Así que, si estas en Perú y ves al chamo de las tetas, no dudes en acercarte y deleitar estos maravillosos helados, escoge el que más te guste fresa, durazno, coco, galleta, kiwi y muchos más hechos con amor, comparte y disfruta un poco de la cultura venezolana.

El Tubazo Digital Aisber Tocuyo. E.C.S Unerg.

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