San Juan de los Morros.- El inicio de la primera semana de clases en las escuelas del municipio Roscio, se notó muy flojo, sin embargo algunos representantes llevaron a sus hijos para que vayan familiarizándose con el proceso.
El equipo de El Tubazo Digital hizo un recorrido por diversas escuelas para conocer de cerca la realidad que se vive en el campo educativo. La mayoría de los entrevistados coincidió en que sus hijos asistirán con el uniforme del año pasado porque los altos precios no permiten renovarlo.
Dolina Olivares, declaró que tiene dos hijos en edad escolar y ambos irán a la escuela con el viejo uniforme y para la merienda “se hace lo que se puede”. Ella no tiene trabajo estable y labora en casas de familia.
Por su parte, María Ramona Salazar, habitante de Los laureles, declaró que su hija estudia en la Federación Venezolana de Maestros, pero el uniforme no se lo pudo comprar. “Unas primitas le regalaron unas faldas, mi hermana me ayudó con las libretas”.
Salazar trabaja en casa de familia de manera esporádica y su esposo es herrero y no consigue trabajo. “La merienda se nos hace difícil. Arepa con mantequilla”, recalcó.
Por su lado, Arturo Alonso, vecino de Valle Verde, no ha comprado el uniforme “pero el del año pasado todavía le sirve”. Su hija pasó para cuarto grado.
Dice que para la merienda cuenta con la bolsa. Trabaja ocasional, su esposa es docente. Tiene un hijo que va para tercer año y “utilizará el mismo uniforme del año pasado”.
Sobre este tema, Deivis Lara, quien trabaja de administrativo en la Federación Venezolana de Maestros, afirmó que tiene tres hijos estudiando, compró una que otra cosa cuando se podía. “No he podido comprar zapatos, porque no hay en las zapaterías y para la merienda hay que hacer milagros para la merienda.
Finalmente, María Pedrique, ama de casa tiene un niño en segundo grado que asistirá con el mismo uniforme del año pasado. Para la merienda va a ver como hace, “haré un esfuerzo”.
El Tubazo Digital – Ramón Figuera