Madrid.- El ensayo general fue favorable para el Real Madrid, que erosionó la roca del Getafe como nunca en esta temporada (el equipo de Bordalán no había encajado más de dos tantos) para sumar una victoria airosa que no le supone apenas nada en la Liga, pero que le sirve de mucho camino de París.
Recuperó a Marcelo, apto como en sus mejores días para el Parque de los Príncipes, y encontró de nuevo una gran versión de Cristiano, que vuelve a ser puntual con su cita eterna con el gol. El ‘7’ marcó dos y después descansó. Una fantástica noticia para la Champions.
De entrada, un bloque tan sólido como el azulón podía presentar dificultades para el Madrid, despistado con la cita cumbre del PSG a la vuelta de la esquina.
Ya lo dijo Zidane. El entrenador francés había formado con un centro del campo inédito con Casemiro, Llorente e Isco, protegió a Varane y Kovacic, que apuntan a titulares el próximo martes, y confió de nuevo en la BBC, aunque para el Parque de los Príncipes no parece que se atreverá. O sí. ¿Quién conoce a Zizou?
Como tantas otras veces, donde no le alcanzaba el juego le valió la pegada de Bale en una jugada embarullada, con varios centros al área y asistencia de Isco con la espalda. El zurdazo del galés fue impecable.
Lo más difícil para el equipo de Bordalás es dar respuesta al gol encajado. Sólo la insistencia de Remy, que apostó por el contacto tanto que fue expulsado, y el oficio de Ángel le echaban algo de sal a un equipo insípido con el balón, inoperante en campo madridista.
El Madrid se dedicó a explotar las fisuras del Getafe, que no varió su plan, pero sí su consistencia. Benzema filtró el primer pase de todo el primer tiempo hacia Cristiano. Le dejó solo. El portugués parecía enredarse, pero fue librándose de dos rivales hasta marcar con la izquierda con uno de sus conocidos latigazos.
En la segunda parte, Remy se autoexpulsó en su enésimo encontronazo con Nacho. Es lo último que le faltaba al Madrid para dejarse llevar bajo el aguacero. Superioridad en el marcador, noche desapacible, un rival diezmado, escaso interés en el campeonato… El equipo de Zidane se puso en modo ahorro de energía.
Melero López rompió el tedio. Se inventó un penalti para que el Getafe redujera distancias gracias a Portillo. Nacho se había recuperado de una pifia anterior para rebañarle la pelota a Molina dentro del área. El árbitro interpretó penalti. Incidiendo en su torpeza, no sacó tarjeta a Nacho que ya tenía una.
El Getafe se encendió hasta mejorar la versión que había ofrecido con 11 jugadores. El Madrid se vio más apurado y reaccionó. Salió Marcelo para confirmar que estará en París.
Entre tanto, Cristiano no había guardado sus colmillos. Marcó un gol que fue anulado por falta a Djene. Después convirtió en oro un buen centro de Marcelo. Era su gol 30 de la temporada, el décimo en los últimos seis partidos de Liga para Cristiano, el renacido, si es que algún día nos dejó.
De un partido insulso, edulcorado al final con minutos de buen juego con la salida de Asensio, el Madrid sacó una lectura fantástica. Juegue quien juegue, tiene a Ronaldo.
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