CRÓNICA / ¡Una noche fría para reflexionar!

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CRÓNICA UNERG

Luna es una chica soñadora. Desde muy niña dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo de la vida. Una mujer envidiable dónde se pare, no por lo que tiene si no por su personalidad tan brillante.

Además de ser tan sencilla y humilde, ha pasado por muchas cosas en la vida que la han obligado a madurar.

En diversas ocasiones se apaga como una estrella fugaz por dejarse llevar por el veneno de las personas o el qué dirán, limitándose a sí misma y alejándose de todo lo que le gusta por las críticas.

Luna estaba sola en su habitación, de repente las emociones comenzaron a adueñarse de sus pensamientos.

Últimamente se sentía sola, esa noche se hizo muy larga para ella luego de haber tenido una discusión con su madre dónde se gritaron y dijeron palabras como “no eres mi hija”, “no te quiero aquí en la casa”, “nunca vas a ser alguien”.

No le quedó de otra y se acostó en su cama donde siempre se sentía segura.

Tratando de olvidar lo sucedido, agarró su teléfono, se colocó auriculares, y comenzó a escuchar música, calmándose poco a poco.

Por su cabeza pasaban tantas preguntas, se sentía tan mal por tener una relación de madre e hija completamente complicada. Se dijo así misma y exclamándole a Dios con quejidos:

– ¿Dios mío porque me pasan estas cosas a mí, será que soy yo el problema, ayúdame, háblame? –

 Luna comenzó a ver a su alrededor, en aquella habitación oscura y triste, en una noche tan fría que no se comparaba a las anteriores. De repente comenzó a llorar, respiro profundo cerró los ojos, y luego de dar tantas vueltas en su cama logro quedarse dormida.

Al día siguiente, al despertar, recordó que tuvo un sueño donde vio número que le llamaron mucho la atención.

27:10, dijo, ¿qué significaran esos números? Con mucha curiosidad se levantó y buscó en una gaveta de su cuarto una pequeña biblia, lo familiarizó con algún versículo de este libro y sin ser religiosa, comenzó a buscar. Su cara se iluminó de felicidad cuando leyó el versículo que encontró con esos mismos números.

Muy sorprendida consiguió justo las palabras de aliento que ella necesitaba:

“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá Salmos 27:10”

Fue más que un aliento para ella, lloró, entendió que aun cuando se encontraba perdida entre tantas luchas, siempre conseguía como levantarse nuevamente.

Desde ese día todo cambio para ella y pudo lograr muchas cosas y no espero nada de nadie, solo confío en ella misma y su proceso.

Pasaron los años, cumplió sus sueños, sin esperar nada de nadie, ella misma pudo darse la paz mental que deseaba aunque nadie creyera en ella y en lo que era capaz de lograr.

Muchas veces, buscamos la aprobación de alguien o de la sociedad para dar pasos grandes y ese es nuestro mayor error.

Marianyeli Michel Yusti Luna

* Crónica escogida como una de las mejores, realizada por estudiantes de Comunicación Social, de la Universidad Rómulo Gallegos, en San Juan de los Morros, estado Guárico.

Cátedra: Periodismo Interpretativo, 5° semestre /  Docente asesor: Ramón Figuera.

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