Y por supuesto, de mi colección de fotos en físico tomadas por mi propia inspiración, llenas de mi propio corazón, no podía faltar la de la izquierda, a la que yo defino, aunque suene desde un punto de vista literario repetitivo, “la casa de mis sueños”.
Es mucho más que una casa: expresa la personalidad y gustos de sus dueños. Más todavía: es arte inmueble. Única. Irrepetible. Una joya que compite con la de Felipe Yaker de la avenida Sendrea, solo que está tiene algo de visual fantasía. Se me dice que es una réplica de las casas coloniales propias de las islas canarias (España).
Todas las fotos que voy rescatando en físico son mías, las tomé yo, entre 2020 y 2024. Representan la apreciación espiritual que tengo yo de mi terruño. Un período de vagar, entre alegre y triste, descubriendo los rincones de mi San Juan.
De tener dinero la compraría sin pensarlo ni una vez.
Tibisay Vargas lo llama muy acertadamente en sus talleres de poesía: “lugares comunes”, cosa que se debe evitar. Es como decir “cielo azul” o “cielo gris de lluvia”. Sin embargo las peculiaridades de esta casa “obliga” a tal uso.
Daniel R Scott