San Juan de los Morros.- Fueron las palabras dirigidas por Leo Amery a un inepto Primer Ministro Neville Chamberlain, el 7 de mayo de 1940, y que en su texto completo dicen así: “Cualquiera que sean sus méritos, han permanecido mucho tiempo sentados aquí. Váyanse, se los ruego, y acabemos de una vez. En nombre de Dios, ¡váyanse!”
Y es que la política del primer ministro fue del todo errada y catastrófica. Movido por el ideal, los buenos deseos y las buenas intenciones, no obstante no supo leer los signos del momento histórico que se estaba viviendo. La política interior y exterior fue un rosario de desaciertos que coadyuvó al agravamiento de las condiciones de la segunda guerra mundial. Estas palabras tuvieron como marco la desastrosa campaña de Noruega de ese mes de mayo, y de eventos anteriores que se remontaban al tristemente celebrado “Pacto de Munich”
El gobierno de Chamberlain había perdido el norte. Era totalmente miope a la realidad del momento. Por miope es que tomó medidas que contribuyeron notablemente al agravamiento de la crisis de ese momento. No eran las adecuadas ni pertinentes. Se dio muestras de ineptitud e ineficiencia. Tenían que irse. Ese era el clamor aquel día.
Una situación similar nos acontece hoy. ¿Aprendemos de la historia? Las palabras de Amery suenan muy frescas a nuestros oídos, y son aplicables a la dirigencia roja de este país y a su socialismo del siglo XXI. Ya se les cumplió su ciclo, si es que alguna vez tuvo ciclos. Ellos prometen y prometen, hacen y hacen, pero lo único evidente es su fracaso. Fracasaron. Nos llevaron a la ruina. Probaron en el poder que el poder les queda grande y lo justo y honesto es que les cedan a otros esos espacios… Admitan su ruina.
¿Tienen méritos? Tomen su medalla de bronce o de plata y váyanse. No tienen ya ni el derecho ni la oportunidad de aspirar el primer lugar de una medalla de oro. ¿Qué le dieron al país la constitución más perfecta del mundo? Igual váyanse con su mérito a otra parte. Este también es el país que ha tenido el mayor número de constituciones en el mundo. ¿Programas sociales? ¿Misiones? ¿Barrios adentro y barrios afuera? Muy bien, pero váyanse. Son incapaces de vertebrar nuevos programas que atajen los problemas sociales que ellos mismos crearon.
Todo tiene su ciclo, su principio y fin, aun lo bueno. En política esto es axioma. Y a ustedes ya se les cumplió su ciclo. “¡Váyanse!”. Denle el paso a gente capaz. ¿Esperan acaso hacer en el futuro lo que no hicieron en veinte años? Tienen mucho tiempo en la silla del poder. Se les venció el plazo. Son una triste vitrina donde exhiben héroes y consignas arcaicas y mohosas. Ya no son una alternativa de cambio ni ofrecen alternativas de cambio.
“En el nombre de Dios, ¡váyanse!”
Daniel R Scott