Maracay.- En el preescolar Simoncito comunitario, docentes y estudiantes hacen maromas para cumplir con las actividades académicas a pesar de las problemáticas que afectan la infraestructura.
Y es que los profesores, representantes y los alumnos ruegan a Dios que no llueva, pues lo que allí se vive son calamidades tras calamidades.
Una de las docentes del Simoncito Comunitario, ubicado en un populoso sector de Caña de Azúcar en Maracay, estado Aragua, Arelis Hernández describió el panorama.
Explicó que cada vez que cae un aguacero, salen a relucir las filtraciones en las paredes y el techo está a punto de colapsar.
Desgraciadamente en las aulas no cuentan con sistema eléctrico lo que imposibilita más las labores de profesores y el desarrollo de los chicos.
Por eso, los afectados formularon un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto.