“Cuando la sombra se esconde detrás de la luz, solo ahí se puede observar su rostro”.
Anónimo.
La respuesta más contundente entre las personas de la tercera edad: “Era un país rico, tecnológicamente en progreso ya con internet, y en condiciones socioeconómicas aceptables. En resumen: los venezolanos vivíamos bien, en un país sin clap’s, ni colas, racionamiento, ni hiperinflación”. La respuesta más digna que podemos encontrar: teníamos el mejor sistema eléctrico nacional de la América Latina, hoy destruido con apagones a diario, y racionamientos: pero los fanáticos estalinistas de la revolución instruyen a las claques de loros, como lo hacia en propaganda política Joseph Goebbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, así siguen esta línea de acción, ocultando la realidad actual de nuestro país.
Toda las estadísticas e informaciones han sido removidas de las instituciones publicas que puedan contradecir el discurso oficial de que Venezuela involuciona en su camino hacia el progreso. Con esto lo que hago es recordarle al presidente Nicolás Maduro, por si le ocultan la verdad los aduladores mujiquitas de turno, la actual calidad de vida en Venezuela antes de la llegada de la revolución bolivariana. En pocas palabras, la sola aparición de las indignas “perreras” en el transporte publico” es el comienzo de la decadencia de nuestro país en pleno siglo XXI.
Sin embargo, la verdadera historia comienza a mostrar su sombra, su rostro con la emigración masiva del talento juvenil y profesional, ante el acoso del hambre y la falta de oportunidades. Mientras el neo comunismo totalitario se desdobla, los números hacia el progreso se desploman antes los ojos estrabicos del gobierno. Las distintas capas sociales y económicas hoy en extinción de las que Chávez se valía para su discurso político, hoy rumian su descontento por la precariedad de la calidad de vida en situaciones de pobreza extrema.
Hasta 1998 Venezuela era considerado uno de los países en vías hacia la modernidad, con un sólido sistema de salud pública, era tal que su índice de mortalidad era el mas bajo de Latinoamérica, hoy nuestros niños mueren por desnutrición, y falta de atención medica. En Venezuela, la educación era de calidad en todos sus niveles. Además, el prestigio de la medicina venezolana era reconocido.
Antes de la revolución bolivariana, el déficit habitacional nunca significó un problema nacional. Casi toda la población venezolana contaba con vivienda propia, ya que tenían acceso al crédito público y privado.
La situación de Venezuela hoy es una paradoja, tiempos distintos confluyen en un mismo lugar, es un juego de brillo y oscuridad: Venezuela hoy, tiene una pésima, y con un nivel, y calidad de vida muy bajo comparado con los otros países de Latinoamérica, su población sufre estragos socioeconómicos: con desigualdad, discriminación, corrupción y emigración. Las cifras del caos económico ya no dan para cubrir las carencias de la actualidad, parece que en el actual estalinismo ya estiraron demasiado las cifras anteriores a 1998.
Cualquiera que camine 5 minutos por cualquier calle de la “socialitè” venezolana puede darse cuenta que todos los venezolanos viven en una eterna cola para comprar cualquier producto, excepto los burócratas que hacen sus mercados en el exterior. El fracaso de la revolución hoy pega en los ojos, y hay que ser un idiota, o un hipócrita para negar esta realidad.
Por cierto, por ser de izquierda de hecho, siempre tengo en cuenta muchos factores al hacer un análisis de esta situación.
La desigualdad ha aumentado en Venezuela, no se muestran las fotos de las casas de los actuales jerarcas bolivarianos porque hay una completa censura de prensa. Cualquier persona que se acerque con una cámara o un celular a una de esas casas lo detendrían por agente de la CIA, con una sentencia de por vida en las mazmorras de la revolución. Las estadísticas del gobierno son pura basura, es por eso que necesitan de la censura.
Da asco cuando se manipulan las cifras provenientes de un régimen tiránico, perverso y mentiroso. Venezuela con 20 años de revolución tendría que ser uno de los países más poderosos de América Latina.
Que tiempos aquellos de la otrora nación petrolera, llegaron los pseudos revolucionarios, y solo miseria, pobreza y un absoluto conformismo. Ya ese discursito caza bobos no cala. Negar la realidad no hace que esta cambie, por más que lo nieguen. Venezuela bajo los tiranos no progresa hasta el internet está ido a tierra, pero militares, policías y colectivos son bien machos para patear viejos de 80 años en las colas para cobrar sus pensiones. Ahora no pueden esconderlo ni taparlo como lo han hecho durante estos últimos años.