1 La virología como ciencia nació en Rusia: Demetrio Ivanovski (1864-1920) fue el primero en descubrir (1892) y describir una nueva entidad acelular y le dio el nombre: virus (lat. veneno) con la acepción que se le otorga en la actualidad, porque la palabra ya se usaba de manera inespecífica y en múltiples casos del mundo de la Biología.
2 Nicolás Gamaleya (1895-1949) trabajó con Luis Pasteur, el inventor de las vacunas modernas. Gamaleya diseñó las primeras vacunas rusas y fundó la primera estación bacteriológica en su país.
En 1891 se creó un laboratorio privado en Moscú., el cual fue transformado en 1949 en el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya.
3 El Instituto Gamaleya ha fabricado una vacuna contra el Ébola, varias contra la gripe, y también produce medicamentos.
Los científicos del Gamaleya tienen décadas trabajando con la técnica de los vectores con adenovirus: un virus amigo (virus de los resfriados domesticados y amaestrados) lleva información del virus enemigo a nuestras células para que fabriquen armas contra la enfermedad que queremos combatir : guerra avisada no mata soldado.
Con esta breve historia no hay nada sorpresivo en que haya sido el Instituto Gamaleya el primero en anunciar una vacuna contra la COVID- 19 en mayo de 2020. El nombre de Sputnik (satélite) es un recordatorio subliminal de que la ciencia rusa es pionera en muchas ramas del saber y de que fueron los rusos, justamente, quienes iniciaron la carrera espacial con el lanzamiento del primer satélite artificia en 1957 con ese nombre: Sputnik I.
4 La Sputnik V pasó por todas pruebas y fases a que son sometidas las vacunas. Los resultados fueron publicados por la prestigiosa revista británica The Lancet, lo que presupone que fueron analizados por científicos expertos en la materia. Su eficacia es de 91, 6 % sin efectos adversos importantes.
La mayoría de la personas vacunadas no se enferma; no obstante, el 0,1 % que recibieron la Sputnik en Moscú (mil personas) contrajeron el virus y enfermaron de manera leve.
¿Por qué? Porque precisamente esa es una de las funciones de una vacuna: hacer que nuestro organismo supere la enfermedad en caso de contraerla. Puede aplicarse a mayores de 18 años, sin límite de edad, con diferentes patologías de base (hipertensión arterial diabetes, etc.).
La vacuna se aplica en dos dosis en un lapso de 21 días para reforzar el sistema inmunitario.
La Sputnik está compuesta de dos adenovirus diferentes . ¿Por qué? Porque el organismo puede desarrollar inmunidad contra el primer adenovirus, y si mandas uno igual puede destruirlo. Es decir, el organismo puede desarrollar inmunidad contra los adenovirus amigos.
5 En Venezuela el encargado de coordinar los ensayos clínicos de la vacuna Sputnik V es el pediatra y experimentado inmunólogo , doctor Alexis García Piñero (junto a un nutrido equipo multidisciplinario), quien ha manifestado en diferentes conferencias que los datos obtenidos hasta los momentos en nuestro país coinciden positivamente,en líneas generales, con los verificados en Rusia y otras naciones.
6 A pesar de que los ensayos de la Sputnik no han concluido con menores de 18 años, en embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Países como Argentina se proponen aplicarlas a esos grupos y a otros contingentes de inmunocomprometidos y con enfermedades autoinmunes por cuanto no es una vacuna con virus vivos, y la experiencia demuestra que son inocuas en esos casos.