Él es “El doctor”, para algunos es una especie de “ángel”, la experiencia de solo toparse con él en el camino, es una bendición.
Pero en realidad él como muchos otros, es solo un ser humano lleno de un gran corazón y bondad, que ha llenado a muchos de esa esperanza que veían ya perdida.
Oriundo de la concurrida ciudad de Caracas, llega desde muy joven a la hermosa ciudad conocida como la puerta de los llanos centrales, San Juan de los Morros.
Aquí decide formarse como médico, y aunque no se especializó, él tomó una especialización muy importante, “ayudar a los desprotegidos”.
Algo que surge sorpresivamente cuando en el año 2020 en plena pandemia, decide abrir consultas gratuitas para personas con patologías especiales que para ese año, no podían ser atendidas en centros de salud, por la contingencia que se vivía por la pandemia.
Y así, en su metodología de visitar puerta a puerta comunidades, ve la realidad de muchos niños y adultos que no tenían acceso al sistema salud.
En una de sus visitas que acostumbraba a realizar en diferentes comunidades le llama curiosamente la atención, que al tocar a la puerta, sale una señora, y él le pregunta: ¿Necesitas ayuda?, a lo que la señora responde efusivamente: No, todo está bien.
Para sorpresa del doctor, al intentar cerrar la puerta, nota como dos pequeños se asoman a ver curiosamente quién estaba parado afuera.
Eran dos niños en condiciones que requerían evidentemente de una atención médica especial. Uno de 6 años con pie equino varo lo que le impedía mantenerse en pie y una niña con labio leporino.
El doctor al ver la resignación de esta madre le parte el corazón y decide tomar este caso.
Gracias a otros grandes amigos que apoyaban su causa, pusieron a su disposición todo el apoyo necesario.
Como siempre, dice el doctor Ernesto, este del que te vengo contando su historia, “debemos agradecer nuestra posición en la vida que es el poder ayudar”.
Así se fue adentrando a este mundo para él totalmente desconocido, más de mil casos han llegado a sus manos, y cada uno ha dejado huellas imborrables en su corazón.
Se ha valido de los medios digitales como Instagram, donde cuenta con una comunidad de 70 mil seguidores, medio donde el doctor conecta con muchas otras personas, que aportan a su causa y se ofrecen como voluntarios, además su ventana digital está siempre abierta para mantenerse en contacto con su comunidad y brindar una mano amiga a quién lo necesite.
@dr_ernestoramirez y su lema “El momento de ayudar es Ahora” donde siempre está el doctor al servicio de quienes quieran ayudar o de quién requiera ayuda.
Cómo ve el futuro
Pues él dice siempre; “espero que no existan más personas que ayudar”, no porque se canse de hacer el bien, si no porque uno de sus mayores sueños es que ninguna persona llegue a necesitar ayuda, un mundo sin precariedad y donde todos sumemos al bien.
Esta es la maravillosa historia del Doctor Ernesto Ramírez, ese que abrió un espacio en su corazón y en su vida para hacer el bien y llenar de fé, esperanza y consuelo a tantos venezolanos que hoy en día necesitan, más que un doctor, un amigo, alguien que los escuche y levante la voz por quienes están acallados bajo la precariedad y el desconsuelo.
Redacción: Pauliana Valor
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