Los tiempos cambian. La vida misma cambia y ese proceso de adaptación a las nuevas circunstancias y a otras realidades exige cierta inventiva.
A lo largo del tiempo, las contrataciones a los artistas del folklore llanero correspondían a los organizadores de eventos. Ahora, si se trataba de fiestas patronales era una potestad de alcaldías y gobernaciones del país.
En los nuevos tiempos han inventado una modalidad de patrocinio que, en cierto modo, perjudica a los artistas de la canta criolla. Este análisis lo realizo en calidad de periodista, apasionado del folklore llanero que quiero que se mantenga vigente.
¿Es esta una manera de permanecer en la jugada y poder sostener los eventos? Así parece, pero, ¿por cuánto tiempo podrá mantenerse? Esto pudiera justificarse cuando se trata de promotores privados que no pueden sufragar los altos costos de un evento.
La pregunta que muchos artistas se hacen y ¿cómo llegó esta modalidad a las instituciones públicas del país? ¿Es que tan mal está la situación que las alcaldías y las gobernaciones deben acudir a la modalidad de patrocinio?
En los viejos tiempos cuando éramos felices y no lo sabíamos esas instituciones asumían de punta a punta la organización de las fiestas patronales, incluida la contratación de los artistas.
En los últimos días, he escuchado muchos comentarios al respecto y la incomodidad de tener que buscar patrocinio para cantar. Eso nunca ha sido competencia de artistas e intérpretes del llano, cuya única función siempre ha sido brindar su repertorio al público.
Por otra parte, hasta qué punto un patrocinante puede soportar una carga económica sin obtener alguna retribución o contraparte. Habrá algunos que de una u otra manera aprovechan esta promoción que reciben por parte de los artistas que apoyan.
La música llanera forma parte de la identidad de los venezolanos que llevamos esos ritmos insertos en la sangre. Así que es importante analizar con detenimiento esto que pudiera frenar el nacimiento de nuevas figuras del canto.
El arte siempre ha sido libre como el viento, sin barreras para traspasar fronteras como está ocurriendo últimamente. La música del llano tiene nuevos asideros en países como Perú, Chile, Ecuador, España y por ende, Colombia que también cuenta con tierras sin jorobas con idénticas costumbres nuestras.
En los Estados Unidos también se ha esparcido la buena semilla del canto criollo, despertando la imaginación de venezolanos, latinos y personas de otras nacionalidades. Finalmente, envío este mensaje a las autoridades del país para que por convicción propia y no por decretos brinden todo el respaldo a nuestra cultura.
Hagamos memoria y recordemos las palabras de Arturo Uslar Pietri cuando decía que la América hispana es una simbiosis cultural. No somos españoles, africanos ni indígenas, sino una nueva civilización que devino de las tres razas fundadoras.
Venezuela forma parte de esa nueva creación y nuestra música llanera es símbolo de identidad nacional que nos identifica en el mundo. ¿El patrocinio? El tiempo dirá si es una opción que vale la pena o si es una espada de Damocles que amenaza al folklore llanero.
Ramón Figuera – El Tubazo Digital