Caracas.- A menudo es muy difícil conciliar los sentimientos amorosos que puede inspirar un ser querido con los deseos o fantasías sexuales que se puede mantener entre dos seres humanos. En muchas ocasiones son complejos y eso lleva a relacionarse de manera diferente.
La relación de pareja debería estar basada en el amor y el respeto, pero otras veces la obsesión se interpone.
1. El amor sano respeta el espacio del otro
Es muy común que muchas personas sientan celos. Es un sentimiento, y como tal, es válido. El problema es cuando esos celos afectan la relación. Una persona celosa suele invadir el espacio personal de su pareja, muchas veces revisa su teléfono, le impide juntarse con amigos, no le permite realizar actividades solo. Esas son características de un amor obsesivo.
Lo más sano es que cada integrante de la pareja tenga vida propia, es decir, que mantenga sus amistades, que asista a cursos, que realice actividades que le interesen.
2. El amor sano reconoce al otro como un individuo y no como un objeto
Básicamente, el amor sano no se apropia de la otra persona. Uno puede ser dueño de un objeto pero nunca de una persona. Si ambas partes reconocen que el otro es un ser humano y lo tratan como tal, nunca actuarán como si fueran sus dueños. Por lo mismo, la persona nunca impondrá sus deseos a su pareja: si aún no está lista para tener hijos, esperará a que ambos estén de acuerdo.
3. El amor sano no se vive como si fuera una película
El cine nos enseñó que las relaciones deben ser de determinada manera, pero a veces no tenemos en cuenta un detalle: el cine es ficción.
En la realidad, pretender que absolutamente todo sea idílico y romántico es poner a la relación en un pedestal, y se pasa a exigir demasiado a la otra parte, y se tienen expectativas imposibles de cumplir.
El amor sano entiende que hay momentos buenos y malos, y que no todo se basa en el romanticismo.
4. El amor sano no influye en la autoestima
Esto, a primera vista, puede parecer confuso: por supuesto que cuando estamos en una relación sana nos sentimos bien. Pero lo que significa esto es que si para sentirse bien con uno mismo, con la imagen que tenemos de nosotros, necesitamos la validación del otro, no es una relación sana.
5. El amor sano acepta el duelo
El paso lógico a seguir, el paso sano, aunque no lo parezca, es aceptar el duelo: tomarse un tiempo para entender y aceptar emocionalmente que la relación terminó. No aceptar el duelo y buscar rápidamente una sustitución de la persona amada es un síntoma de un amor obsesivo.
6. El amor sano no realiza chantaje emocional
Todos conocemos historias de personas que amenazan a sus exparejas con hacerse daño si no vuelven a estar juntos, o incluso amenazan con dañar a un tercero. Esto es, claramente, un síntoma de obsesión. El amor sano es incapaz de amenazar y de maltratar a la otra parte.
7. El amor sano enfrenta los problemas
En toda relación humana surgen problemas. Quienes mantienen una relación sana, se hacen cargo de los problemas y tratan de solucionarlos. En cambio, quienes tienen una relación obsesiva, fingen que los problemas no existen o los tapan con otros asuntos.
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Con información de Genial.guru