Manila.- El Gobierno de Filipinas declaró este martes epidemia nacional por dengue debido a la rápida propagación de la enfermedad en diferentes regiones, con 622 muertes en lo que va de año.
Entre el 1 de enero y el 20 de julio se han registrado 146.062 casos, el doble que en el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales divulgados este martes tras una reunión de emergencia entre todas las agencias gubernamentales implicadas en frenar la epidemia.
«Es importante que se declare una epidemia nacional para identificar dónde se necesita una respuesta localizada y permitir que los gobiernos locales utilicen su fondo de respuesta rápida para abordar la situación«, anunció en rueda de prensa el secretario de Salud, Francisco Duque.
Siete regiones del país (Calabarzon, Mimaropa, Bicol, Bisayas occidental, Bisayas oriental, Zamboanga y Mindanao del Norte) -ubicadas mayormente en el centro de Filipinas- ya han excedido el umbral epidémico, mientras que otras tres (Ilocos, Bisayas Central y Bangsamoro) han alcanzado el umbral de alerta.
Sin embargo, el número de casos va en ascenso en todo el país a medida que las lluvias mitigan la sequía y más hogares tienen agua almacenada, hábitat en el se reproduce fácilmente el mosquito Aedes Aegypti, transmisor de la enfermedad.
El secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, explicó que aunque la situación es grave todavía no se ha declarado «emergencia nacional» o «estado de calamidad» porque todavía hay áreas del país, como Manila, donde las cifras de contagios son bajas.
«Depende de los gobiernos provinciales o locales declarar la emergencia o el estado de calamidad», señaló Lorenzana, aunque a principios de julio ya se declaró el nivel de alerta a escala nacional.
La epidemia de dengue ha revivido del debate sobre el uso de Dengvaxia, una vacuna contra la enfermedad que se aplicó a más de un millón de filipinos en una intensa campaña de inmunización estatal entre 2016 y 2017, sobre todo en escuelas.
En noviembre de 2017, el Gobierno filipino paralizó el uso de esa vacuna después de que su fabricante, la farmacéutica francesa Sanofi, admitiera que tenía efectos adversos.
El caso se convirtió en un escándalo sanitario después de que fallecieran varios niños inmunizados aunque no se ha podido probar la relación directa de Dengvaxia con esas muertes.
Ante la gravedad del actual brote de dengue varios médicos e investigadores han abogado por su uso y el propio portavoz presidencial, Salvador Panelo, afirmó el fin de semana que el gobierno va a analizar «exhaustiva y extensamente» si retomar el programa de inmunización con Dengvaxia.
«Si el peso de los hallazgos muestra que hay beneficios al usar Dengvaxia, entonces ciertamente el gobierno debería reconsiderarlo», apuntó Panelo.
Con información de la EFE