San Juan de los Morros.- Iglesia San Juan Bautista, escenario de un acontecimiento de naturaleza religiosa que nos llena de alegría.
Miguel Ángel Pereira Linero, sencillamente Miguelito, alumno del Liceo Roscio, integrante del Club de Periodismo Alí Almeida, recibió la Admisión a las Órdenes del Diaconado y Presbisterado de manos del Arzobispo Monseñor Manuel Felipe Díaz Sánchez, en presencia de Monseñor Raúl Ascanio, diáconos y seminaristas, familiares y amigos.
Miguel se hizo hijo nuestro por decisión suya y nuestra. Lo vislumbramos triunfador: se trazó una meta, sintió un llamado y se entregó al seminario. Va camino al sacerdocio, y nosotros sentimos la honda emoción de su cercanía en el afecto y respeto recíprocos.
En medio de tanto negativo, hay razones para el positivo. Siempre la habrá por la ley del amor.
El Padre Miguel será otra presencia bienhechora en cualquier lugar donde vaya a cumplir su ministerio. Creemos en él desde siempre.
Fue un acto que mitigó las penas de este tiempo de borrasca y nos recordó que hay razones para la esperanza.
Esto dijo el aspirante a sacerdote:
“….Ya hacen casi cinco años que, desde esta misma parroquia, me fui al seminario deseando aventurarme en la maravillosa oferta que Cristo me hacía. Después de estos años de formación, reafirmo el deseo de configurarme a Él para que me transforme y me haga sacerdote suyo.
Quiero agradecer, asimismo, al señor Arzobispo, por este don de su paternidad espiritual, que he sentido en muchos momentos de mi formación. Gracias, también, a mi párroco, a quien debo el discernimiento inmediato de la semilla de vocación que Dios estaba haciendo germinar en mí. Fue gracias a usted, monseñor Raúl, que pude descubrir la llamada de Cristo que palpitaba ardientemente en mi corazón. Gracias, monseñor.
Manifiesto mi agradecimiento a mi querida familia: mi madre, padre y hermanos. Abuelas y tíos, junto a su numerosa progenie. Gracias por la compañía y apoyo incondicional. Gracias a todos por su amor y consejos que desde niño han fraguado quien soy ahora. Ha sido una bendición inmensa en mi vida poder contar con ustedes en toda ocasión.
Quisiera ahora expresar mi gratitud a mi parroquia “San Juan Bautista”, la que me vio crecer y servir desde mi infancia. También al Santuario Eucarístico “San Miguel”. Gracias por sus oraciones y generosidad”.
Argenis Ranuárez Angarita
