España.- Un Mundial es una competición muy peligrosa. Castiga los errores de manera desmedida. Y hacia eso se encaminaba la selección uruguaya. Sus dos grandes goleadores no vieron una.
La tarde de Suárez estaba siendo calamitosa fallando tres ocasiones impropias del delantero del Barcelona. Y lo de Cavani algo similar.
Pero hasta el rabo toro es toro y eso fue este viernes Uruguay. Con sus delanteros absolutamente ineficaces, el equipo de Tabárez recurrió al balón parado. Una falta lateral lanzada por Sánchez en el minuto 89 encontró la cabeza de Giménez y el balón se fue a la red. Ahí acabó el sueño de Egipto que le plantó cara a su rival sin poder contar con Salah que no jugó un minuto.
Egipto aplicó el manual Cúper. Bien cerrados atrás, solidarios y a la espera de un contragolpe salvador. Y les salió bastante bien, porque Uruguay apenas dispuso de una ocasión, clarísima eso sí, de Luis Suárez que se quedó solo en el segundo palo y su remate, con la espinilla, se marchó fuera.
Poco más hicieron los charrúas en esos primeros 45 minutos. Y Egipto, muy inocente en ataque, se fue contento al descanso habiendo aguantado el marcador sin su gran estrella en el terreno de juego.
La segunda mitad repitió el mismo guión. Comenzó con una clara ocasión de Suárez desbaratada por El Shenawy en una excelente parada. Los uruguayos seguían atascados, exentos de movilidad y sin apenas crear ocasiones.
Egipto se lo fue creyendo y se animó en ataque. El equipo de Cúper se estiró en busca de la sorpresa, pero la buena actitud quedó frustrada por un equipo que técnicamente es muy limitado.
En los últimos minutos sí que apretó Uruguay consciente de la gravedad del empate. Apareció Cavani para enviar una falta al palo poco antes del gol salvador de Giménez.
Fuente
Luis F. Rojo