Caracas.- El dirigente, que pertenece al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), manejaba en mayo de 2009 una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA), según la documentación de esta institución financiera a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
El gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, ocultó fondos en Suiza y Andorra, un país entre España y Francia blindado hasta el pasado año por el secreto bancario.
El representante de Carabobo participó en 2009 en Suiza en una Sociedad de Inversión de Capital Variable (SICAV), un instrumento al que recurren las grandes fortunas para pagar menos impuestos, según la BPA.
A través del banco de Andorra, el mandatario intentó mover en 2009 los honorarios que cobró presuntamente de una empresa por supuestos “servicios de intermediación” por la construcción de una refinería de petróleo, según la entidad financiera.
Los informes de la BPA, que no precisan la suma que transfirió Lacava en estas operaciones, fueron redactados cuando el político era alcalde de Puerto Cabello, un municipio de 200.000 habitantes donde se encuentra el puerto más importante de Venezuela.
Para camuflar el rastro del dinero, según el banco, el mandatario recurrió a una alambicada estructura mercantil: colocó tras su cuenta de Andorra una sociedad (Iberoamerica Assets Corporation) y, tras ella, un testaferro.
Los empleados del departamento de cumplimiento (compliance) de la BPA, la unidad interna antiblanqueo dedicada a rastrear el origen de los fondos de los clientes, se desplazaron en 2009 a Milán, donde residía G. B., representante legal de la cuenta bancaria andorrana de Lacava, para averiguar la identidad del verdadero propietario.
“Hemos ido a Milán para informarnos sobre la cuenta y quién es su beneficiario final. [El representante]… nos ha dicho que es un político, exembajador de Venezuela en Roma, actualmente es alcalde en Venezuela y de origen italiano. Sr. Rafael Lacava Evangelista”, recogió el banco en un informe secreto redactado en catalán, el idioma oficial de Andorra.
Para los gestores de la BPA, el político planeaba usar su cuenta en el Estado pirenaico como pasarela para transferir su capital desde Venezuela a Suiza, donde en mayo de 2009 participaba en una sicav, según la entidad financiera.
Junto a los pagos por intermediar supuestamente “en la construcción de una refinería”, el gobernador de Carabobo también percibió ingresos hasta 2009 por “permutas de bonos con una casa bolsa”, siempre según la versión de la BPA.
Visita al testaferro en Milán
Los empleados de la BPA mostraron al testaferro de Lacava su negativa a que la cuenta de Andorra se convirtiera en un “puente” para mover el dinero entre Venezuela y Suiza.
“En la reunión explicamos al cliente que no permitiríamos una cuenta puente y que, además de conocer al beneficiario final, necesitamos información sobre las operaciones”, zanjaron los agentes de la institución financiera. El acta del banco, fechada el 29 de mayo de 2009, añade también la decisión de mantener entre un 30 y un 50 por ciento de los fondos en BPA.
La estructura off shore de Lacava incluyó cuatro empresas que canalizaron el dinero que llegó a Suiza, según el banco. El circuito del entramado arrancaba en la sociedad South Greece, seguía con On Time Overseas, continuaba con Hadar Management. Y terminaba en Iberoamerica Assets Consulting, según la BPA.
El acta de la entidad financiera recoge la resistencia inicial de G. B., representante de la sociedad Iberoamérica, la última del circuito, a revelar la identidad del propietario de la cuenta al entender que el gestor del banco Antonio Salvador ya la conocía. Salvador fue uno de los principales empleados y captadores de clientes de la institución andorrana en Caracas.
Este periódico ha intentado reiteradamente y sin éxito recabar la opinión de Rafael Lacava.
Por otra parte, la firma que -según el banco- abonó el dinero a Lacava por su supuesta intermediación para levantar una refinería coincide con el nombre de una empresa radicada en Carabobo, International Procurement Services. Esta compañía rechaza su implicación en el caso. “Ni siquiera conocemos al señor Lacava. No hemos tenido trato con él. No estamos relacionados con ningún negocio suyo. No le hemos pagado nunca por nada. Ni siquiera para que se compre un café”, zanja por teléfono su responsable, Rubén Castrillo.
Las autoridades de Andorra, de 78.000 habitantes, intervinieron en marzo de 2015 la Banca Privada d’Andorra (BPA) por un presunto caso de blanqueo de capitales. Los dueños del banco, que alcanzó los 9.000 clientes y un volumen de negocio de 8.000 millones de euros, niegan estas acusaciones. El Gobierno del pequeño país pirenaico anuló el año pasado el secreto bancario.
Fuente
Con información de El País