1.- Hasta el 6D el municipio Sebastián Francisco de Miranda tenía aproximadamente 97.185 electores.
2.- La oposición o sectores Democráticos no alcanzó el apoyo del 10% de esos electores.
3.- El liderazgo luce difuso y ausente, salvo epilépticas acciones electorales.
4.- Históricamente la identificación partidista ha sido muy voluble; de ser un bastión Acciondemocratista pasó a ser una trinchera rojita (el populismo y el control férreo por parte del gobierno de la actividad económica, no solo alcanza a los sectores populares, sino que su garra llega al sector macro productor, empresarios, planteros,
5.- Esta volubilidad de la lealtad partidista también quedó en evidencia cuando el liderazgo de Pilar Barbella (Q.E.P.D.) siendo independiente, con un grupo de electores local y algunos partidos políticos (Pilón,URD, MAS) desplazó a las poderosas maquinarias de AD y Copei, de entonces. Convirtiéndose en el único alcalde electo en el estado, al margen de las tarjetas del bipartidismo; fenómeno que incluso tenía como antecedente un grupo de electores (grupo 33) que en anteriores elecciones se había convertido en la tercera fuerza municipal, por encima de partidos nacionales.
6.- Así las cosas, podemos afirmar que este municipio tiene unas características sui generis que deben ser evaluadas a la hora del diseño de su política. Es tiempo de ir más allá de la intuición y las tradicionales prácticas políticas del reacomodo o satisfacción del compañerito.
7.- Miranda pudiera ser un soporte importante (alcanzará más de 100 mil electores con el nuevo Registro) para la obtención del músculo de los sectores democráticos en el Estado, si ese es el plan de cara al eventual Referendo Revocatorio; ahora sí lo damos por “perdido” o queremos seguir favoreciendo a “alguien”, sigamos haciendo lo mismo, lo de siempre y los resultados serán peores.
8.– El llamado es entonces a todos los que les duele este otrora municipio emporio económico y productivo. Hoy convertido en una ruinosa caricatura de pobreza y miseria cuya triste manifestación es el hambre o el plato de “arroz pelao” que reina en nuestras barriadas. A quien aspire un cambio a tomar en cuenta nuestra idiosincrasia y aprovechar el próximo evento electoral para unirnos nuevamente, sin sectarismo y cálculos pequeños, más allá de nuestras diferencias, en torno a un proyecto y candidatos que respondan a los intereses del municipio y no de otras parcialidades. Miranda lo merece.