Conocí a Arcángel Suárez cuando estudié Comunicación Social, un tipo carismático, con mucho sentido del humor e inteligencia.
Compartir con Arcángel era interesante, pues el sujeto en cuestión era lo que se conoce en Venezuela como un “jodedor”, fuera de sus otras habilidades y facultades.
Nuestro último encuentro fue hace un poco más de un mes en una panadería donde frecuentan ir políticos y habladores de gramínea, yo me anoto en el segundo grupo.
Los encuentros con Arcángel siempre eran iguales, era como si estuviesen grabados. Todo un ritual.
Arcángel era el tipo sonriente, su primer saludo era el gesto de la sonrisa, luego venía la palabra: “epa Orlandito”.
Cada vez que podía, Arcángel le decía a los presentes que en una entrevista yo le regalé un libro. Valoró aquel gesto como algo importante.
Se trataba del texto corto: “Medio pan y un libro”, de Federico García Lorca, un discurso dado por el poeta durante la inauguración de una biblioteca.
Ese libro se hizo muy popular en Guárico, gracias a una buena amiga y lectora llamada Carola Martínez. Yo lo adquirí en una Feria del Libro y se lo regalé a este amigo hoy recordado.
En cada encuentro se repetía lo mismo, después de saludos y abrazos y recordar tantas anécdotas y espacios compartidos, pasábamos a las sacadas de piedra.
Arcángel guardaba en su corazón un agradecimiento y una amistad por varias personas, a las cuales defendía a capa y espada, entre estas figuraban el Doctor José Ángel Meza, decano del área de salud en la Unerg y el dueño de Siembra TV Pedro Luque.
Como yo sabía de esa nobleza, siempre le decía: “Arcángel ¿porqué tú eres tan jala bola de Meza y Pedro Luque?
El viejo Arcángel soltaba su risa y luego decía: “no chico el Doctor Meza es mi hermano del Alma y Pedro es mi pana”. Luego venía el contra ataque: “jalabola eres tú de Ramón Figuera” decía este refieriendose a mi amigo y colega,.
Cada comentario se acompañaba del humor, la tolerancia y otros ingredientes. El detalle del libro y de los mencionados personajes siempre salía a flote.
Arcángel hacía un programa en Televisión y se daba el lujo de invitar a todo el que le daba la gana.
“Arcángel y ese programa tuyo porque es tan malo, vamos a tener que hablar con Pedro Luque para que te saque del aire”, así lo chalequeamos durante el último encuentro.
A lo que respondió, “mi programa es bueno, la única vez que alguien del público me llamó por teléfono para criticarme al invitado fue cuando llevé a Heddy Ramirez”.
En la última conversa, Arcángel cargaba un pedazo de queso en una bolsa y unas ramas para hacer guarapos. No hablamos de su salud, lo vimos bien.
Se paró antes que todos y dijo: “les voy a agradecer que después que me vaya no empiecen a hablar paja de mi, aprovechen ahorita”.
Arcángel Socorro, era hombre de familia. Un ser terrenal con virtudes y defectos. Con una postura política y religiosa. Pero por sobre todas las cosas, un caballero de la amistad. Disfrutaba del placer de la conversa y del cultivo de los amigos.
Hasta siempre comandante de la amistad
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital