Londrés.- El Chelsea se impuso al Manchester United en Wembley (1-0) y se llevó la FA Cup 2018, el último título en juego en Inglaterra. El solitario gol de penalti de Eden Hazard, el mejor futbolista de la final, fue demasiado para el conjunto de Mourinho, que estuvo cerca del empate en el segundo tiempo.
Antonio Conte, de este modo, aumenta su registro personal con respecto al técnico portugués (cuatro victorias, un empate, dos derrotas) y despide su segunda temporada en el banquillo de los ‘blues’ con un nuevo título tras la Premier League cosechada en el curso pasado, aunque su futuro en el club está puesto en duda.
El error estaba llamando a la puerta de Phil Jones desde el inicio del partido. El primer balón que tocó lo perdió en el centro del campo y el segundo, minutos más tarde, le pilló al lado de Hazard. El belga arrancó en velocidad, esquivó al defensa inglés y cuando se adentró en el área ya sólo quedaba una opción: penalti.
El propio Hazard lo convirtió ante De Gea con su gol 89 en su partido 300 con la camiseta del Chelsea. En total, 17 goles en esta temporada, la segunda mejor de su etapa con los ‘blues’ tras el curso 2014/15… con Mourinho al mando.
No hubo brillo durante el primer tiempo. La pasividad y falta de ideas en el Manchester United sólo era contratacada por Hazard, pletórico desde el inicio, ya que el conjunto de Conte tampoco regaló inspiración a raudales.
Alexis fue el futbolista ‘red devil’ que menos balones tocó del primer tiempo y Rashford, encargado de suplir a Lukaku -su estado físico sólo le permitió salir como suplente-, perdió demasiadas pelotas sencillas.
Hasta el paso por vestuarios, los de Mourinho no se hicieron con el mando del partido. Aunque antes habían tenido más balón que su rival (65%), el dominio era del Chelsea en cuanto a seguridad sobre el campo. Pero con el 1-0 y a falta de 45 minutos, los diablos rojos empezaron a echar fuego.
Young por la banda izquierda puso dos centros de peligro, Pogba probó fortuna desde media distancia y Rashford puso a prueba a Courtois. La afición se echó encima del equipo.
Tantos avisos del Manchester United derivaron en un gol. Pero en fuera de juego. Alexis Sánchez aprovechó un despeje de Courtois para hacer el empate, pero el linier señaló posición adelantada cuando estaba a punto de celebrarlo.
Los de Mourinho se habían echado encima y sólo Hazard, cuando recibía en ataque, era capaz de apagar la sensación de peligro. También la tuvo Marcos Alonso tras una asistencia de Kanté, pero falló ante De Gea.
A falta de poco más de un cuarto de hora, Mourinho hizo su apuesta definitiva para buscar el empate. Lukaku y Martial saltaron desde el banquillo en detrimento de Rashford y Lingard.
Lukaku, que había sido duda hasta última hora, apenas tuvo impacto. Pero sí Martial, que amenazó una y otra vez a Moses en su banda. En los últimos instantes, la ocasión más clara la tuvo Pogba de cabeza, aunque el remate se fue desviado.
Conte apenas movió su banquillo durante la final y el primer cambio llegó en el minuto 88 con la entrada de Morata, que casi no tocó el balón a sólo unos días de la convocatoria de Lopetegui para el próximo Mundial. Después entró Willian, en el 90, por Hazard, ovacionado.
Todo fueron cambios para perder tiempo. Para aguantar el resultado. Para olvidar el último arreón del Manchester United y para asegurar el primer y último título del Chelsea en esta temporada.
Fuente
Álvaro de Grado