Cuando de sentimientos y emociones se trata, somos las mujeres quienes salimos a relucir como las que más demuestran y expresan.
Crecí viendo como a mis amiguitos, primos y tíos les decían: ¡Póngase duro caramba! Los hombres no lloran. Porque para la sociedad el género masculino es símbolo de rudeza, fuerza y cero llanto. Quien lo haga lo tildan de blandengue o pangapanga (término criollo referido a alguien atontado).
Si vemos a una mujer en la calle llorando, puede que nos conmueva, sin embargo, no es algo tan alarmante como si el protagonista de ese mar de llanto se tratase de un caballero. Pero ¿Por qué escandalizamos tanto que un hombre se atreva a llorar en público o incluso en privado?
¡Eso no es normal!, es decir, no es natural, ni entra en nuestros estándares como sociedad.
Al final, te das cuenta que somos las mujeres las responsables de que los hombres se crean sin derecho a expresarse y entonces “se vuelven insensibles”. Les repetimos una y otra vez: ¡Los hombres no lloran!
Expresar los sentimientos debería ser una norma para todos, no importa si le imprimes drama, lo importante es que digas lo que sientes, sin que haya ningún tipo de juicio por el sexo que eres.
Consultando sobre el tema a una amiga, me dijo: Bueno no es común que lloren, o por lo menos no se dejan ver tanto como uno. La verdad es que al indagar con los chicos, en su mayoría afirmaron que ellos sí lloran. Aquí dejó textualmente algunas respuestas:
Rp.1: De que lloramos, lloramos y bien jipiao.
Rp.2: Yo si lloro, ¡Qué jode!
Rp.3: Sin duda, y bastante.
Rp.4: Cuando son niños (respuesta de una chica, claro ejemplo de lo que como mujeres vemos en el sexo masculino).
Entonces, ¿Cómo es eso de que los hombres no lloran?
Te cuento amiga mía, últimamente estamos en una sociedad un poco más sensible y quizás si fomentamos los sentimientos en el hombre, estos puedan incluso entender en gran medida a las mujeres, que nos caracterizamos por ser más emocionales.
Esto lo podemos hacer desde el rol que representamos como madres o esposas. ¡Los hombres sí lloran!
La fortaleza de ellos no debería medirse por sí llora o no, sino por su capacidad de resolver conflictos. Por su entereza y equilibrio, por estar para sus hijos cuando estos lo necesiten y para su familia cuando sea necesario. Ante todo, por ser humanos.
El género masculino no es tan distinto al femenino, sin embargo, siempre habrá machistas aún rezagados por ahí. Pero creo que la mayoría de los hombres están esperando que como mujeres podamos reconocerlos desde la sensibilidad que temen expresar delante de nosotras, y no por eso dejan de ser hombres.