Alguien dijo que Colombia y Venezuela son hermanas gemelas, algo que “genéticamente” o históricamente puede ser parte de nuestro análisis hoy, porque si vamos a lo “genético” yo diría que son siamesas con un solo corazón, que es Bolívar, eso es que no se pueden separar y por más que las oligarquías y terratenientes esclavistas del siglo XIX convertidos en políticos o a través de sus agentes en el Congreso de Cúcuta de 1820 y luego en el gobierno de Santander y de Páez trataron de colocar una línea imaginaria desde entonces, la realidad verdadera es que hay una “frontera humana” que algunos identifican como una región geohistórica diversa de acuerdo a las características geográficas .
Los asuntos se complicaron desde cuando la diplomacia de los Estados Unidos durante el proceso de Independencia Suramericana, percibió que una unión como la propuesta por Bolívar, significaría una “amenaza inusual y extraordinaria” para los intereses del naciente imperio y lo pensaron muy bien, por eso aquellos epítetos emitidos desde sus agentes en Bogotá, Quito, Lima o Santiago de Chile: “…todos esos Estados –Chile y Buenos Aires– se unirán para oponerse a la influencia del dictador…”, “…muchas importantísimas cartas de Bolívar… arrojan considerable luz sobre sus designios y eran una ayuda poderosa para Santander… Contra los pérfidos designios del usurpador…”, “La esperanza de que los proyectos de Bolívar están ahora efectivamente destruidos, es una de las más consoladoras…”[1]. Sobre la base de estas informaciones insidiosas los presidentes James Monroe, John Quincy Adams y sucesivos formularon su política exterior hacia Suramérica.
Lo “admirable” de los mandatarios estadounidenses es que han sido consecuentes con ese discurso del Siglo XIX, poco o nada ha variado en el trato hacia Suramérica y cuando algunos de sus “corderos”, según la visión del gobierno de EEUU, salta la verja de su patio trasero y apenas muestra afinidades a la doctrina de integración bolivariana se ofuscan y saltan los fantasmas de Monroe y Quincy Adamas removiéndose desde sus tumbas como momias endiabladas a través de los discursos de Clinton, Obama y Trump por decir los más recientes presidentes estadounidenses o sus subalternos.
Esa continuidad administrativa estadounidense, es modelar, solo que fue y es negativa porque obstaculiza los derechos de los suramericanos a definir sus propias rutas de soberanía por eso Venezuela fue decretada por el entonces presidente Obama “una amenaza inusual y extraordinaria” acto que fue refrendado por vicepresidente JoeBiden en 2016.
El profesor e historiador venezolano Omar Hurtado Rayungsen del Centro Nacional de Estudios Históricos en un conversatorio en la Red de Historia de Venezuela el pasado 10 de noviembreseñaló:Nos enfrentamos al primer imperio del momento (España) y aquí estamos en el siglo XXI luchando por la libertad, la independencia, la soberanía, dispuestos a ser libres y soberanos, por eso ni el bloqueo, ni las presiones, ni los sabotajes, ni los apátridas nos harán desviar del camino. Venezuela decidió hace doscientos años ser libre y eso lo consolidó la Batalla de Carabobo en 1821…América esta llamada a ser libre y las grandes contradicciones del imperio, esas grandes burbujas creadas por ellos, se están desinflando producto de la dinámica social y nosdemuestran que estamos acertados cuando reivindicamos el legado de Bolívar y de Chávez…”
Mientras Venezuela defiende su derecho a la vida, sus fronteras éticas y reivindica los valores democráticos cruzando exitosamente las amenazas y agresiones de Estados Unidos, el pueblo de Colombia bate su suerte en el tremedal de la violencia criminal y política que muchas veces se cruzan en tiroteos en medio del caos, porque un Estado penetrado por la disociación psicótica del narcotráfico no le interesa acabar con esa industria criminal, por el contrario pide más recursos para justificar campañas que no tienen ningún resultado, lo que los hace los peorescómplicesde una verdadera amenazas para la humanidad.
El narcotráfico ha penetrado hasta su misma fuente presidencial, ha contaminado toda la estructura de gobierno con dineros provenientes de sus negociadores y compradores en EEUU, son miles de millones de dólares necesarios para mantener ejércitos paralelos sin doctrina, totalmente despolitizados con prácticas de guerra atroces que es una realidad de ese frontera común en la que Venezuela es víctima directa.
Los Estados Unidos detrás de la oligarquía colombiana, no se cansan de acusar falsamente a Venezuela de estado narcoterrorista cuando la realidad es abrumadora, al señalar los supuestos vínculos del Gobierno Bolivariano con el ELN que debate en el seno de la guerrilla las prácticas y asociaciones con el narcotráfico tal y como lo señaló la revista colombiana Semana:Los llamados juicios revolucionarios han hecho parte de la historia de las guerrillas colombianas, pero la purga del frente Oriental del ELN es distinta porque los sentenciados son miembros antiguos y poderosos de la organización. La información de inteligencia sugiere que la vendetta guerrillera continuará.”[2] Refiere el reportaje que miembros del ELN se han involucrado con asuntos de dineros del narcotráfico, una trama bastante recurrente en la frontera donde circulan en ambos lados y en toda la extensión montañosa o de sabana, paramilitares y alguna “guerrilla” que son usados por la industria narcótica como escudos de defensa ante las bloques militares de defensa territorial venezolano.
Así como estos medios revelan medias verdades en torno al paramilitarismo colombiano, también se tienden “sombras” mediáticas sobre los éxitos de Venezuela en su lucha colectiva contra la pandemia y ante la gigantesca verdad del control sanitario venezolano, señalan el supuestomal trato a los miles de venezolanos que retornan a Venezuela agraviados en Colombia, Ecuador y Perú engañados por campañas antichavistas promovidas desde Colombia por factores opositores anti bolivarianos.
Si Estados Unidos es el mayor consumidor de cocaína en el mundo debe haber personajes que desarrollan ese negocio criminal en ese territorio, sin embargo la mediática tiene al Chapo Guzmán mejicano y a cualquiera de los Carteles Colombianos como protagonistas de esa historia que Hollywood se han encargado de alimentar en el imaginario público para criminalizar a Colombia y México, pero los Estados Unidos es la “víctima”.
Eso no lo cree ni el más simple analista. Ni los más “acuciosos” investigadores de la BBC de Londres se atreven a dar nombres, sin embargo esta industria de narcóticos esta regularmente asociada a los negocios del entretenimiento, juegos, casinos, hoteles en tanto la cocaína es un poderoso psicotrópico que altera las sensaciones de “placer”, pero además el sector inmobiliario, casino y hoteles son gigantescas lavadoras de dinero proveniente de narcóticos.
Y no es que no existan ejemplos, el norteamericano Larry Hoover, está preso por narcotráfico desde 1973 sin embargo desde la cárcel dirigió su organización y contaba con privilegios exclusivos como es del estilo, pero no se mencionan los grandes apostadores que lavan dinero sucios a través de los casinos de Las Vegas, Florida o California, ni los donadores de dineros para campañas electorales como las de Marco Rubio o el mismo Donald Trump quien recibió donaciones millonarias de empresarios de hoteles y casinos como los hermanos Lorenzo y Frank Fertitta, los mismo dueños de Ultimate Fighting Championship, UFC y otros negocios del entretenimiento, escondidos en acciones filantrópicas para eludir impuestos.
Estados Unidos seguirá detrás de la oligarquía colombiana porque entienden y saben cómo lo pensó Bolívar en sentido contrario, que si Colombia se libera, se liberará el subcontinente eso explica porque tantas bases militares estadounidenses en Colombia.
Aldemaro Barrios R. / venezuelared@gmail.com
[1]Pividal Francisco. BolívarPensamiento precursor delAntiimperialismo. . Ediciones de la Presidencia de la República Caracas – Venezuela, 2006
[2]Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/traicion-y-venganza-la-sangrienta-purga-interna-en-el-eln/202052/