Cada final de año, y quizás siempre a principios de la navidad, es recomendable ir al médico para una revisión general de nuestra condición de salud, para iniciar un nuevo año prevenido, tomar correctivos para quenuestro sistema funcione con sanidad normal, igual pasa con el cuerpo social y político como sistema.
Con las últimas elecciones legislativas, hubo un diagnóstico, a pesar de las adversidades de todo tipo, que no voy a enumerarlas, pero si decir que una minoría con un poder crematístico robado de nuestro patrimonio y la hegemonía política estadounidense contagió, contaminó nuestra economía, trastocó todo nuestro sistema nervioso central y periféricoeconómico.
Un sistema sustentado bajo la égida del dólar, de la tecnología norteamericana y la compresión de la dinámica económica especulativa fue infestada con la inoculación artera de una batería de detonantes contra las grandes mayorías de Venezuela, en lo que se ha llamado una guerra multiforme con enemigos ocultos disparando a objetivos selectivos del pueblo venezolano y donde más le duele: el salario, sustento de su economía cotidiana
Estas elecciones alcanzaron un objetivo claro, quizás más revelador que su propio resultado cuantitativo: cambiar la correlación de fuerzas dentro de la Asamblea Legislativa, cuyas directivas desde diciembre de 2015, se propusieron mediante actos de fuerza, defenestrar al Gobierno bolivariano.
Una verdadera pesadilla cuya víctima fue el pueblo venezolano chavista o no, a pesar de una abstención significativa, en honor a la verdad.
Ignacio Ramonet destacó en una entrevista en Telesur el domingo 6 de diciembre de 2020, que a pesar de todos los pronósticos negativos: sabotajes, cerco mediático demencial, asedio y bloqueo financiero y económico, pandemia etc, el Estado venezolano a través de su Poder Electoral convocó a una elección, y el Gobierno bolivariano asumió el reto que establece la Constitución para la renovación de sus autoridades legislativas, así confirmó “la determinación colectiva por respetar el orden del cronograma electoral y la decisión de realizar las elecciones legislativas, a pesar del bloqueo económico y las presiones ejercidas por Estados Unidos y la Unión Europea”.[1]
La oposición extrema ante el despeño, asumirá que la abstención es un triunfo de ellos, y así seguir recibiendo las cuotas de un sustento servil, no les queda otra, para luego irse a algún paraíso fiscal a dilapidar los dineros mal habidos.
Lo que es difícil de asimilar es que un sector del chavismo y los ninis, se hayan dejado arrastrar por los predicamentos apátridas o por cualquier otro factor desmotivador, para no ejercer su derecho al voto;eso nos obliga a hacer un balancecualitativo y cuantitativo en medio de una tormenta provocada que no ha concluido.
La fórmula fue sencilla, crearon el conflicto, generaron incertidumbre y confusión, culparon al gobierno y obtendrías saldo político, esa fue la táctica oposicionistas que no tuvo éxito, porque la asamblea ahora la domina el chavismo electo mediante votos.
Obtener una votación de sobre 4.200.000 de votos bolivarianos en 2020, cuando en 2015 el chavismo alcanzó los 5.625. 248, significa una merma aproximada del 30 % según los datos del CNE al día lunes 7 de diciembre, despierta las alertas, a pesar, incluso con todas las condiciones negativas, ya no es una revisión, lo que hay que hacer es apuntar a una transformación estructural que comenzó hace más de 20 años, y que ahora debe acelerarse de manera ofensiva y me refiero a dejar de depender de las tecnologías dominantes, de una moneda “despótica”, porque lo pudimos hacer, sin embargo nos amarramos a los designios de préstamos del Banco Mundial y a resguardar nuestras reservas en los EEUU.
La titánica tarea que tienen los nuevos parlamentarios chavistas es y sigue siendo legislar para transformar el Estado, promover afondo y de manera continua y efectiva la relación con otros polos de desarrollo económico mundial distintos a los estadounidenses o europeos, establecer mecanismos de control para reducir el “comisionismo” civil y militar, para evitar que las coyunturas negativas sigan horadando las esperanzas del pueblo venezolano con el Chavismo como bitácorapara la felicidad posible que lo sigue siendo.
Fue el pueblo militante bolivariano el que logró el triunfo del 6 de diciembre de 2020, en una lección de estoicismo grandiosa, esos votantes no esperaron bolsas de alimentación para ir a votar, todavía más, extrañamente algunos organismos del Estado no las distribuyeron, no sabemos si es que el bloqueo impidió completar el proceso o alguna mano peluda intermedió para sabotear la carga humanitaria con el propósito de molestar a los trabajadores.
Aclaro las bolsas de alimentación son un atenuantepara la hiperespeculación, para quebrar mafias mercantiles monopolistas que se han enriquecido a costa del contrabando y precios extremadamente altos.
Esa iniciativa debe ser una respuesta estructural y no coyuntural, de lo que se trata es dedesintegrar el monopolio de los alimentos usado como arma para atentar contra el pueblo venezolano.
Es decir que sobre la base de más de 4 millones de hombres, mujeres y familias convencidas y comprometidas, el Chavismo tiene una plataforma consciente para saltar más allá de los eventos electoralescomo el que hemos practicado y dar paso a un Estado distinto, con una realidad social y económica favorable diferente, un Estado social como lo señala la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Queda mucho por revisar, por ejemplo la inercia de algunas alcaldías que se vieron superadas por la estratagemas aplicadas a productos estratégicos como la gasolina, el gas y la distribución de alimentos pero sobre todo seguir sosteniéndose por el situado mediante el clientelismo corrupto, la incapacidad de generar y promover la vectores de producción local para paliar la grave situación económica de comunidades pobres.
Debemos agradecer a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana su disposición a participar en el Plan República cuando demostró su talante humano en esta y otras coyunturas, pero en lo estructuralla FANB debe fortalecer y consolidar la formación de sus valores éticos y morales que Bolívar promulgó y practicó para eliminar el mínimo indicio de arbitrariedad y corrupciónen todos sus componentes y jerarquías porque sigue siendo la organización más apreciada del pueblo venezolano y ese tesoro de honor no puede ser traicionado.
El presidente Maduro ha dicho luego de la votación del domingo 6 de diciembre“…Venezuela despierta con un nuevo amanecer de paz, alegría, reencuentro y fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Ha iniciado una nueva etapa para la reconstrucción del Parlamento y la recuperación de nuestro país” un paso necesario para neutralizar la cultura de la violencia y la estridencia que impuso un sector muy reducido de la oposición. Ello convoca al Chavismo a pensar que 2021 podría ser más favorable, no obstante la necesidad de contar con los dos tercios de la mayoría en el Parlamento para la promulgación del presupuesto, la designación de los titulares del Tribunal Supremo de Justicia y de la Contraloría General de la República.Aun así, es un triunfo incuestionable y una señal clara de vocación democrática.
Que fue un triunfo, no hay dudas pero también un desafío porque hay una lectura en el pueblo que no fue a votar, si se quiere es un “voto” silencioso que habla de una advertencia y de una alerta que debe ser escuchada porla dirigencia del proceso bolivariano.
Aldemaro Barrios Romero. / venezuelared@gmail.com
[1] Disponible en: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-concluyo-elecciones-legislativas-aposto–20201206-0050.html