El Presidente Maduro, en cadena nacional, anuncia el Plan, al cual le fueron asignados los recursos correspondientes. Ejemplo: los perniles, o los juguetes, o la tickera del Bono Niño Jesus. Tomemos los perniles y sigamos:
Anuncia el Presidente Maduro que pal barrio “Las Babas” se destinaron 100 perniles y da la orden para que inmediatamente se los entreguen a la comunidad. El funcionario competente para iniciar el proceso no lo puede hacer de inmediato porque andaba por Curazao comprando pañales para el hijo que le acaba de parir la querida, por lo que la vaina arranca con una semana de atraso.
Cuando el funcionario llega y se monta en la vaina, llama a un amigo en Colombia para que le traiga los 100 perniles, pero el amigo le dice: “tu como que eres marico, vamos a facturar los 100 pero te llevo 80, así nos queda una vainita pa los frescos”. La respuesta: Plomo!!
Así, con 15 días de retraso llegan los perniles, los cuales son almacenados en la Sede Nacional del organismo competente para su envío a “Las Babas”. En este trajín, el vigilante, el chofer del camión, el ayudante del chofer, el supervisor y la secretaria de Recursos Humanos que está empatada con el supervisor, deciden que cada uno se merece un pernil. Además, nadie se va a dar cuenta de la falta.
Total, que tres semanas después del anunció presidencial, salen los perniles pal pueblo. Allá son recibidos en la alcaldía bolivariana por el jefe de logística y el encargado municipal, los cuales solidariamente se reparten dos perniles cada uno, y llaman a los jefes de los Claps para entregarles la ansiada pata de cochino. Pero oh, tenemos un detalle: hay un error y en vez de 100 perniles Maduro mando sólo 70 perniles. (si van llevando la cuenta ya habrán notado que un pernil cayó en la dimensión desconocida e inexplicablemente desapareció).
Total, que en Las Babas hay 10 Claps los cuales deberían recibir y repartir 10 perniles cada uno, pero como Maduro sólo mandó 70 pues le tocan 7 perniles a cada Clap.
Recibidos los perniles, se hace una asamblea en la comunidad y se les informa que sólo llegaron 5 perniles (los otros 2 corresponden por ley, por esfuerzo, por merito y porque así son las vainas, a los jefes y caciques del Clap, que en este mundo nadie trabaja de gratis).
En este punto y como no hay pernil para todos, se decide que se entregaran por sorteo. Y sorpresa: los favorecidos son el hermano, la mamá, el primo y la cuñada de los jefes de los Claps. Ah, y una chama que está bien buena y que el jefe del Clap le está echando los perros.
Por cierto, la gente del pueblo está bien arrecha y quieren trancar la carretera nacional porque Maduro mandó los perniles fallos. Que vaina!!
Aclaratorias:
1.- No estoy diciendo que todos los Claps son choros; no señor, los choros son algunos vivos que utilizan esta estructura de organización popular para cometer sus fechorías.
2.- El cuento aplica para consejos comunales, Colectivos, asociaciones de cualquier vaina rara, etc.
3.- El tipo que estaba en Curazao comprando pañales es evidentemente un enchufado, civil o militar, “Chavista” viejo corrompido o “Chavista” nuevo recién llegado.
4.- Cualquier parecido con la coincidencia es pura realidad, arréchese quien se arreche.