Mientras que veintiocho (28) países de la comunidad económica europea, y la gran mayoría de los países de nuestro continente a través de sus presidentes reafirman que las elecciones que se llevaran a cabo el próximo veinte (20) de mayo, donde se da por descontado la reelección de Nicolás Maduro; serán fraudulentas y por lo tanto no reconocerán sus resultados. Un sector minoritario de la oposición decide participar bajo el criterio de que eso no es así, que hay que ir a votar, que eso de la trampa es puro embuste, y que si vamos todos a votar, como somos mayoría los que no queremos a Maduro, lo duplicaremos en las urnas, nuestros votos serán respetados, contados, sumados y listo, sacaremos a Maduro.
¿Qué tal? Vayamos por parte, quienes son los protagonista de este cuento, que nos quieren hacer creer de que las elecciones pautadas para el veinte (20) de mayo son libres y transparentes; son varios, pero me voy a referir a tres (3), los más visibles por su trayectoria. El primero de ellos Claudio Fermín, ex candidato presidencial; después que se fue de AD, no se le conoce militancia partidista, hasta hace poco era uno de los más empeñados en ser candidato, fue el primero que se lanzó, sin ningún tipo de excusa para sus seguidores se retiró de la contienda, aduciendo que las condiciones del proceso no eran las más aptas para participar, y por qué ahora sí.
El segundo, un buen amigo con mucha experiencia, también ex candidato presidencial, Eduardo Fernández, renuncio hace como cinco (5) años a Copei, a nadie le participo de esta decisión; junto con su hijo son ahora unos de los más fieles promotores de estas elecciones, pareciera que les resbala las denuncias que el gran Frente Amplio aquí en Venezuela y la comunidad internacional hacen de lo fraudulento de las elecciones.
Y por último el propio candidato Henry Falcón, muchas condiciones solicito a la vez que se inscribía para participar, una de ellas fue la observación internacional, haciendo mucho énfasis en la participación de la ONU, fue hasta allá conjuntamente con personeros del oficialismo para solicitar esa observancia; la repuesta de ese organismo fue clara y contundente, la ONU no mandaría observadores a ese proceso, mucho menos a ese cuestionado proceso. Igual se mantiene participando, como si nada, la última queja fue que el candidato del gobierno tiene mucha publicidad. ¿Y qué pasa con la supeditación plena del CNE al ejecutivo?, ¿qué pasa con el plan república?, ¿qué pasa con la empresa informática que nadie conoce?; sin contar con los ministerios, gobernaciones y alcaldías puestos todos al servicio de la campaña.
Los rumores empiezan a circular con mucha fuerza a medida que se acerca la fecha eleccionaria y no se ve de este dirigente acciones que hagan ver que cumplirá la palabra empeñada de renunciar a la candidatura, si el gobierno no le cumplía las condiciones que solicito cuando se inscribió, por el contrario en actos que causan malestar en los dirigentes y militantes de partidos tiene el descaro de asegurar que cuenta con mucho apoyo de las bases de AD ,1ro.justicia, voluntad popular, Nuevo tiempo.
Los señalados rumores adelantan información de posibles preacuerdos en un gobierno de entendimiento nacional, donde ya las cuotas están preestablecidas, pero la condición fundamental solicitada es llegar hasta el final; con el objeto de presentar al país y al mundo unas elecciones normales con participación de la oposición.
A estas alturas del juego las posiciones ya están definidas por las partes; por un lado el gobierno hace grandes esfuerzos por hacer ver que se llevaran a cabo unas elecciones normales y confiables con participación de un sector dizque representativo de la oposición, y la verdadera oposición representada en el gran Frente Amplio Venezuela Libre, donde convergen todas las organizaciones políticas no doblegadas por el gobierno, incluyendo el COPEI digno representado por ese gran dirigente hoy recluido en la embajada de chile, el amigo Roberto enriquez, la iglesia católica y evangélica, la sociedad civil organizada, las Academias, Las universidades autónomas, sectores empresariales y representantes genuinos de trabajadores, que solicitan a una sola voz elecciones libres y transparentes . Esta posición no terminara con esas elecciones, si es que cumplen con el empeño de hacerlas. Esa posición se mantendrá firme después de esas elecciones hasta lograr el objetivo.
En el no reconocimiento de esas elecciones nos acompañan como un solo bloque la comunidad de los países que conforman al continente americano y el continente europeo con escasísimas excepciones.
La decisión de no ir a votar en ese simulacro electoral está bien lejos de ser llamado abstención, jamás puede definirse así este acto de no convalidación de un fraude, es la posición gallarda de la mayoría de los venezolanos a no dejarnos mancillar un derecho sagrado y plasmado en nuestra constitución de elegir en elecciones libres y transparentes a nuestro presidente.