El 12 de febrero de 1984 en la ciudad de París, Francia se suscita la partida física del novelista, cuentista y traductor argentino, Julio Cortázar, hombre que con su infinita imaginación, versátil pluma y basto conocimiento, legó innumerables obras literarias que nos invitan a la contemplación de la complejidad y hermosura de la humanidad.
Nacido en la ciudad de Ixelles Bélgica, el 26 de agosto de 1914, Cortázar se destacó por su pasiónhacia la literatura que le llevó a ser un niño excepcional, al punto de generar preocupación en su madre, que veía extraña las largas horas que dedicaba el niño Julio a la lectura, por lo que decidió consultar a un médico que le recomendó limitar las horas para leer.
Con tan solo 9 años, este devorador de libros ya había leído las obras del estadounidense, Edgar Allan Poe y los franceses Víctor Hugo y su preferido Julio Verne, de quien se inspiró para escribir su primera novela, que fue desechada por la madre, quien al leerla dudó que el pequeño Cortázar hubiese escrito con tal calidad.
Ya en su juventud comienza a escribir y en 1938 bajo el seudónimo de Julio Denis, publica su primera obra “Presencia”, la cual fue calificada por el mismo Cortazar, como unos sonetos “muy mallarmeanos”.
Su obra más emblemática llega en el año 1962 con “Rayuela”, donde este mago de las letras hispanas, hace un despliegue de un amplio conocimiento del idioma y la estructura de la novela, lo que lo lleva a crear un obra considera como una revolución en el género de la novela al punto de ser señalada como la “antinovela”.
De la mente brillante de Cortazar surgen entre el surrealismo y el realismo mágicolatinoamericano, otras obras como “Historia de Cronopios y Famas”, “Bestiario”, “Todos los fuegos del fuego” y “Deshoras”, entre muchos otras, que ubican a Julio Cortázar como el cronopio mayor que entre famas y esperanzas dibujó la complejidad de lo humano.
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