1 Friedrich Nietzsche habló por primera vez del “eterno retorno” en el penúltimo aforismo de la primera edición de “La gaya ciencia” (1882); y la idea se le ocurrió durante una caminata al recordar que el tema ya estaba en las escuelas orientales y griegas de filosofía : “Esta vida , tal como la vives ahora y como la has vivido, deberías vivirla una e innumerables veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que habrán de volver a tí cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada gemido, y todo lo que hay en la vida inefablemente pequeño y grande, todo en el mismo orden e idéntica sucesión…Al eterno reloj de arena de la existencia se le da la vuelta una y otra vez…”.
2 La historia se repite, es cíclica, pero en forma de espiral: con cada vuelta, el conocimiento sobre los sucesos es más amplio y tiende a la perfección del mundo.
3 Se repiten eternamente los acontecimientos, los pensamientos, los sentimientos y las ideas.
4 Las pandemias se repiten (peste, viruela, cólera, gripe y otras virosis), y con ellas los hombres de todas las épocas buscan explicaciones en la religión, la filosofía y la ciencia.
Sabemos de los virus y sus formas de transmisión; pero como ayer no conocemos el tratamiento para la covid-19.
Pasará el tiempo y los científicos obtendrán la vacuna o el tratamiento adecuado. La ciencia vencerá al enemigo invisible, el hombre igual se lo agradecerá a Dios, hará sus interpretaciones filosóficas y sus nuevas hipótesis científicas.Así fue, así es y así será por la fuerza del eterno retorno.
Mario Vargas Llosa en un memorable artículo recordó este regreso de la humanidad al pánico colectivo a la muerte: ” En medio de la civilización ha reaparecido la Edad Media, lo que significa que muchas cosas han cambiado desde entonces, pero muchas otras no.
Por ejemplo: el miedo a la peste”. La gente se encerró tras las murallas en el Medioevo . Ahora con el coronavirus lo hace tras las paredes de sus casas.
Henry Kissinger también aborda el tema: “La pandemia ha provocado un anacronismo, un renacimiento de la ciudad amurallada en una época en que la prosperidad depende del comercio mundial y el movimiento de personas”.
5 La peste se trasladó de Asia a Europa en lomos de bestia y por mar. La viruela llegó en barcos de Europa hasta América. Y la covid-19 viajó en avión por el mundo entero.
El bien se perfecciona y el mal también. Ambos retornan eternamente tomados de la mano.
6 Como en anteriores pandemias surgieron muchas teorías, tales como origen natural o castigo divino, ahora se habla, además de las mencionadas, de conspiración de laboratorio, reacción de la naturaleza y mutación genética.
La conducta humana, con todo el progreso científico, es semejante hoy a la que se tuvo cuando no conocíamos la manera de luchar contra la peste, el cólera o la tuberculosis : existían cualquier cantidad de métodos curativos que ahora nos parecen ingenuos , ridículos y absurdos.
7 Se habla del interferón, la cloroquina, la azitromicina, la BCG, etcétera como posibles tratamientos para la covid-19, sin incluir los múltiples métodos caseros.
Ayer la cura circuló de boca en boca, en pergaminos ,en tratados académicos en latín, por telégrafo y por teléfono ; hoy lo hace a través de las redes sociales, porque el eterno retorno, según Nietzsche, implica superación.
8 La cura exacta será encontrada, y aparecerá en los manuales médicos el protocolo a seguir luego del diagnóstico.
La caterva de conjeturas etiopatofarmacológicas, salidas de distintas experiencias o suposiciones, formará parte de la Historia de la Medicina; y la humanidad tomará mejores medidas preventivas contra los virus, consciente de su inexorable destino : El eterno retorno.
Edgardo Rafael Malaspina Guerra