La Crónica de Calabozo/ Tres calles perdidas en las profundidades de la colonia

0
85
calabozo
Ubaldo Ruiz cronista de Calabozo en el estado Guárico.

Desde los tiempos más remotos de su existencia, la antigua Villa Eximida de Todos los Santos de Calabozo ha presentado muchos nombres para denominar a sus no tan numerosas vías urbanas.

A mediados del siglo XVIII, en plena época colonial, la Villa de Calabozo había crecido de tal modo que se ha comprobado la existencia de diez calles con sentido norte sur, y siete más de este a oeste.

El primer conjunto, conformado hoy por las carreras que van desde la seis hasta la quince, no ha querido revelar sus nombres coloniales, por más que hemos hurgado en muchos papeles escritos en aquellos tiempos.

En cambio, de las otras, las transversales, las que hoy serían las calles, desde la uno hasta la siete, sí conocemos como se llamaban en tan remota etapa de nuestra historia.

El historiador Lucas Guillermo Castillo Lara, en su libro clásico Villa de Todos los Santos de Calabozo, presenta lo que en su momento se creyó era la nomenclatura más antigua de Calabozo, pues se trataba de un padrón realizado en 1772 por el Teniente Justicia de la Villa, don Manuel Ruiz Gámez.

Según esa fuente las calles, para la época en referencia, recibían los siguientes nombres:

Calle uno, calle de la Amargura.
Calle dos, calle del Tejar.
Calle tres, calle de la Aguada.
Calle cuatro, calle del Calvario.
Calle cinco, calle Real.
Calle seis, calle del Agua.
Calle siete, calle de la Sabana.

Como puede apreciarse, esta última representaba el límite sur de la ciudad entonces. Su sugerente nombre podría indicar que a partir de allí todo era descampado. Calle de la Sabana porque precisamente en esa línea comenzaba la sabana.

Todo lo dicho en el párrafo anterior se complica cuando revisamos una nomenclatura de las calles de Calabozo que encontramos en las Matrículas Parroquiales del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas, correspondientes al año de 1768, la cual, como se puede apreciar, es tres años más antigua que la aportada por Castillo Lara.

Se trata de una nomenclatura asignada por la autoridad eclesiástica que difiere de la anteriormente citada, aunque sus nombres corresponden a las mismas calles, y son los siguientes:

Calle uno, calle del Perdón de las Injurias.
Calle dos, calle del Santísimo Corazón de Jesús.
Calle tres, calle del Santísimo Sacramento.
Calle cuatro, calle de la Santísima Trinidad.
Calle cinco, calle de la Encarnación del Hijo de Dios.
Calle seis, calle del Nacimiento del Hijo de Dios.
Calle siete, calle de la Presentación de Nuestra Señora de Guadalupe.

La complicación se presenta en este punto, pues tal como anotamos en el párrafo precedente, esta última calle nombrada, que se corresponde con la moderna calle siete, al parecer era la última del pueblo por ese lado, pero en la nomenclatura que estamos comentando, procedente de las Matrículas Parroquiales, aparecen anotadas tres calles más, denominadas de la siguiente manera:

Calle de la Oración del Huerto, calle del Prendimiento de Cristo, y calle de Cristo Crucificado.

La pregunta que surge aquí es ¿Dónde estaban ubicadas esas calles? Porque si estaba distribuidas hacia el Sur, eso entra en contradicción con los datos procedentes de otras fuentes muy confiables.

Por ejemplo, en 1817 el general español Pablo Morillo erigió el primer cementerio ubicado a extramuros del pueblo, en la manzana de la carrera trece entre calles ocho y nueve.

Es decir, que lo que hoy es la calle ocho estaba fuera de la población. De acuerdo con este hecho, y otros más que se podrían invocar, hacia el sur de la calle siete, al menos hasta la época de la independencia, no había más calles.

Otra conjetura que se pudiera plantear es que las nombradas calles correspondían a las transversales, es decir, a las hoy llamada carreras.

¿Pero por qué solo tres, si como lo anotamos más arriba, para la época en referencia se podían contar hasta diez calles en ese sentido?

Una pista para dilucidar tan complicado asunto podría estar en las mismas Matrículas Parroquiales, pues el Padre Juan Ángel Leal, Cura y Vicario de Calabozo, y autor del mencionado padrón, hizo la clasificación de las calles con el registro de cada cuadra y casa ubicadas en ellas.

Y si las revisamos notaremos que la llamada calle del Prendimiento de Cristo tenía tan solo dos casas, mientras que las otras dos, la de la Oración del Huerto y la de Cristo Crucificado presentaban una casa cada una.

¿Cómo puede existir una calle con solo una casa? Lo más probable es que esas casas estaban dispersas fuera de la población, y que los curas quizás pretendieron con su clasificación otorgarles un poco de formalidad a su trabajo. Mientras tanto, hasta que logremos ubicarlas, esas tres calles se encuentran perdidas en la oscuridad de la época colonial.

Ubaldo Ruiz

UBALDO RUIZ/ Un 11 de febrero nace el estado Guárico

Loading...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.